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Entrevista

Oltra: "El adelanto electoral ha sido doloroso, pero a Compromís no le bajan la cabeza"

Oltra: "El adelanto electoral ha sido doloroso, pero a Compromís no le bajan la cabeza"

Tras días de especulaciones, la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra (Compromís), fue convocada hace una semana por el jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, para informarle del posible adelanto electoral. El cambio de fecha de las autonómicas se confirmó apenas unas horas después, tras un pleno del Consell en el que se evidenció, por primera vez, la división entre los consellers de los dos partidos que forman el Gobierno autonómico. Pese a la oposición frontal de la coalición, Puig apostó por hacer coincidir las autonómicas con las elecciones generales del 28-A, una decisión que para Oltra sólo se basa en argumentos partidistas. Una semana después, la lideresa de Compromís hace balance de unas horas complicadas para el Consell y de sus consecuencias.

P ¿Cuándo fue la última vez que habló con el presidente Puig?

R Este viernes, en la manifestación del 8 de marzo en València. Compartimos pancarta porque el gobierno valenciano, desde 2015, asiste a las manifestaciones por la igualdad y también contra la violencia de género de noviembre.

P ¿En qué punto está esa relación después de la tensión generada en el Consell por la decisión de Puig de adelantar las elecciones en contra de la postura de Compromís, socio de gobierno?

R El lunes fue el lunes. Ya dijimos que un día después, el martes, saldría el sol y que seguiríamos trabajando por los valencianos, que es lo que hemos hecho siempre, que es la seña de identidad de este gobierno. Situar en el centro a las personas es lo que vamos a seguir haciendo esta legislatura que termina y también la que viene.

P ¿Pensó que el presidente Puig no se atrevería a dar el paso sin tener el respaldo de Compromís?

R Prefiero no hablar de atrevimiento. El gobierno del Botànic ha aprobado 5.746 medidas de manera unánime, desde el diálogo, el respeto y el acuerdo. Esta última decisión, la del adelanto, se salió de esos parámetros. En Compromís preferimos quedarnos con esa manera de relacionarnos en política, escuchando al otro, transigiendo y también convenciendo.

P El pasado lunes, esos verbos, se obviaron. ¿Considera que a Puig le faltó lealtad con ustedes?

R Nosotros, desde Compromís, hemos practicado desde luego la lealtad desde el primer minuto y la seguiremos practicando hasta el final de esta legislatura, y también el mandato que viene. Yo no entiendo las relaciones humanas desde la deslealtad, y eso también incluye las relaciones políticas. A mí me subleva la injusticia, me irrita la mentira y me entristece la deslealtad. Dicho todo eso, no voy a entrar en si la decisión del presidente Puig fue leal o no, eso debe analizarlo cada uno. Yo prefiero trabajar los afectos que destacar los defectos.

P ¿Habrá consecuencias si gobiernan juntos cuatro años más?

R La decisión del lunes, con el adelanto, fue dolorosa para Compromís, y todo dolor siempre deja una cicatriz que simboliza una herida cerrada. Aunque a veces, cuando va a llover, te resientes de la herida.

P ¿Cree que se ha podido instalar la desconfianza en el Botànic?

R Una decisión no invalida 5.746 acuerdos previos. Por eso, en Compromís, el martes pasamos página.

P ¿Cuándo le comunicó el presidente Puig que iba a adelantar las elecciones, el mismo lunes o hubo contactos días antes?

R El pasado lunes, 4 de marzo.

P A esa altura ya se daba por hecho el adelanto electoral al 28-A.

R Nos lo dijo ese día. Previamente nos tendríamos que remontar al 15 de febrero, cuando Pedro Sánchez anunció el adelanto de las elecciones generales. Eso era viernes. Ese día, nosotros también estábamos de reunión del gobierno valenciano. Ese día, hago algo que no es habitual, porque la rueda de prensa la suelo preparar normalmente con personal de Presidencia y de Vicepresidencia. Ese día, en cambio, la preparo también con el presidente, porque creía que el mensaje lo teníamos que pactar, era una decisión de calado. Entonces, acordamos que las razones que había dado Pedro Sánchez para argumentar el adelanto electoral en España no se daban en la Comunitat. Aquí no había motivos: estamos ante el gobierno más estable de la democracia en la Comunitat, hemos aprobado cuatro proyectos de Presupuestos en tiempo y forma, todos los proyectos de ley que hemos llevado al Parlament han salido adelante, hay estabilidad política y lealtad entre los socios, incluyendo a Podemos... Y ese fue el mensaje que pactamos el 15 de febrero. Y desde esa fecha, hasta el lunes pasado, yo no volví a hablar de este asunto con el presidente.

P Entonces se enteró por los medios que valoraba ese adelanto...

R Es cierto que había muchas especulaciones, pero yo con el presidente no me relaciono a través de los medios de comunicación. A mí, hasta el lunes 4, no me llega ninguna novedad sobre el adelanto electoral. Y a mí, el lunes, cuando hablo con él a mediodía, me dijo que todavía se lo estaba pensando.

P Parece que lo tenía pensado.

R Eso habrá que preguntárselo a él. A mí me dijo que sería la primera en saber la decisión definitiva.

P ¿Y lo fue?

R Me llamó a las 15:30 horas y a las 17:00 horas se convocó al Pleno del Consell. Habrá que preguntarle si fui la primera en saberlo.

P Tras el batacazo del PSOE en Andalucía a finales de 2018,¿usted dio ya por hecho que no habría adelanto en la Comunitat?

R Está claro que era uno de los elementos a tener en cuenta: no hubo un buen resultado en Andalucía. Y el elemento de «valencianizar» la campaña no parecía que fuese a funcionar aquí porque en Andalucía no funcionó, allí se habló de todo menos de los problemas de los andaluces. Yo eso se lo transmití varias veces al presidente, le insistía en que el elemento de «valencianizar» las elecciones iba ligado a las municipales, donde se habla de las cuestiones más cotidianas. Y eso te lleva a hablar de sanidad, de educación... y aproxima el debate político a los problemas reales de la gente, que es de lo que hay que hablar, no de la toxicidad que ahora impregna la política nacional. Así, desde el punto de vista del interés partidista, parecía que lo de Andalucía había sido muy relevante para desactivar el adelanto aquí. Aunque yo sigo insistiendo en que el adelanto electoral debe tener razones políticas y no partidistas. A mí no me gusta el uso partidista de elementos democráticos que tienen que responder al interés de todos.

P ¿Y cómo puede la Comunitat Valenciana singularizar el debate, ser protagonista nacional?

R Es obvio que la presencia de Compromís en el Congreso ha servido para valencianizar el debate, empezando por la infrafinanciación, que es algo que sigue sin abordarse seriamente. Cuando hablamos de financiación, hablamos de dinero para colegios, para sanidad, para las personas en situación de dependencia, para crear empleo, para luchar contra el cambio climático... No es una cuestión de territorio, es una cuestión de las personas que viven en esos territorios.

P Pero no se consigue encontrar el espacio en el debate nacional.

R Entre otras cosas porque tuvimos durante años a unos gobiernos corruptos que se paseaban en Ferrari y daban una idea falsa de lo que era esta Comunitat, aquí parecía que atábamos los perros con longanizas y no era para nada real.

P Hablando en esa clave electoral. Nada más conocerse el adelanto, Compromís salió en tromba rechazando la decisión de Puig, pero unas horas después el tono cambió por completo, pensando ya en la campaña. ¿No había tiempo que perder o no quisieron hacer más sangre con el socio de gobierno del Botànic?

R Nosotros somos así, no hubo consigna ni argumentario, fue natural. En Compromís estamos acostumbrados a escenarios adversos: nos expulsaban de las Corts, malhechores como Blasco nos amenazaban, nos decían que en 2011 no íbamos a sacar representación en las Cortes y fuimos la revelación, en 2015 nos daban entre 7 y 9 diputados autonómico y sacamos 19 y conseguimos la Alcaldía de València? ¿Alguien pensaba que la decisión del lunes nos iba a hacer bajar la cabeza? Nosotros siempre mirábamos a los ojos y con una sonrisa. Y eso fue lo que pasó el lunes: mostramos nuestra disconformidad, dolor por cómo se nos había tratado, porque no nos lo merecíamos... Pero el martes salió el sol, y fue el punto de inflexión.

P ¿Quién será el rival de Compromís en las urnas tras una campaña que se prevé dura: el PSPV

R En las elecciones competimos todos contra todos, pero el rival de Compromís es la indecencia, la corrupción, los recortes de derechos, todo lo que suponga que la política no sea una herramienta útil para facilitar la vida de las personas. Nuestro rival es la mala política. Más que las siglas, nuestro rival es aquello que genera infelicidad.

P Pese a esas cicatrices fruto del adelanto, ¿se encuentran con ánimos de reeditar el Botànic?

R El Botànic es un buen gobierno, ha hecho buenas políticas. Y por otro lado el multipartidismo ha venido para quedarse, la cultura política debe cambiar. Hemos de asumir que tenemos que practicar el diálogo, el pacto? Las mayorías absolutas, que no son buenas, han pasado a la historia. Nuestro objetivo es que haya un respaldo electoral a lo que han significado estos cuatro años de gobierno, que han mejorado la vida, por ejemplo, a aquellos que ahora no pagan los medicamentos, a la gente que ya está dentro del sistema de dependencia, a los niños que ya no estudian en barracones, y eso que aún queda mucho por hacer. Hemos demostrado mucho, pero milagros tampoco podemos hacer. En una legislatura es imposible arreglar veinte años de malgobierno de corrupción e indolencia. Así, nuestro primer objetivo es que esas políticas tengan el respaldo en las urnas y el segundo es salir a ganar, a liderar el gobierno desde Compromís.

P Hablando de esa posible desconfianza, ¿temen que el PSPV se plantee pactar con Ciudadanos?

R Bueno, no sería nada nuevo, ya lo intentaron en 2015, cuando no vinieron a una reunión convocada y se fueron a hablar con Ciudadanos. Ahora no temo ese escenario, porque además Toni Cantó se hace fotos con los líderes de Vox.

P ¿Entendería que el ciudadano no apoyase un nuevo un gobierno de izquierdas en el Palau?

R Si la gente reflexiona sobre cómo ha cambiado su vida en estos cuatro años, no me cabe ninguna duda de que mejoraremos los resultados electorales. Si la gente se queda en un debate tóxico, que no tiene nada que ver con la vida de la gente en la Comunitat, igual no avanzamos tanto. Yo, pese a todo, estoy convencida de que va a haber un respaldo mayoritario a lo que hemos trabajado estos cuatro años.

P Tras esa doble cita electoral del 28 de abril, todo apunta a que irrumpirán los ultras de Vox en las instituciones. ¿Preocupada?

R La ultraderecha es una amenaza para la democracia, para la convivencia, la armonía y la cohesión social. Pero tenemos muy reciente la manifestación del 8 de marzo, y todo movimiento horizontal, democrático y de defensa de los derechos me da mucha esperanza.

P En las últimas autonómicas fue clave para el Botànic el resultado en la provincia de Alicante, donde el PSPV acabó por ganarles el pulso. ¿Piensan que será de nuevo un territorio clave?

R Por supuesto, pero es que yo tampoco entiendo un proyecto de la Comunitat sin Alicante. En lo electoral, creo que Compromís va a mejorar su resultado en la provincia, y en concreto en la capital.

P ¿No considera, entonces, que vayan a pagar en las urnas la polémica con el plurilingüismo?

R No creo que nos afecte. Ha habido mucho ruido porque la derecha ha utilizado el valenciano, y en general la cultura, como arma arrojadiza, de conflicto y crispación.

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