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"Más que el cuándo, preocupa cómo se podrán celebrar las comuniones"

El aplazamiento de las ceremonias no aleja la incertidumbre y los sectores implicados reclaman información para hacer previsiones

Mayo es el mes de las Primeras Comuniones. Cada año, según los datos de la Conferencia Episcopal, alrededor de 245.000 niños y niñas toman este sacramento. María Troya es una de ellas. Esta pequeña vecina de Benicalap iba celebrar este acto el 16 de mayo en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, del mismo barrio de la ciudad de València. El pasado 27 de marzo, sin embargo, sus catequistas le trasladaban lo que había anunciado el Arzobispado de València unas horas antes: la ceremonia quedaba aplazada para el mes de septiembre u octubre de este mismo año.

La momentánea anulación del mes de las comuniones ha sido una desilusión para los niños y niñas y sus familias, que aceptaron la decisión resignadas; y un duro golpe para los sectores implicados en las diversas aristas de la ceremonia, que permanecen a la expectativa del avance de la pandemia, cuyo imprevisible rumbo les hace recelar de si el evento podrá celebrarse en la fecha aplazada.

En la parte religiosa, el cambio de fechas no ha sido excesivamente traumático: «A excepción de una o dos cancelaciones, el resto de familias aceptó el aplazamiento», comentaba ayer Don José Vicente Martínez Muedra, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz. La catequesis ha proseguido con clases vía online a través de varias plataformas, y seguirá hasta el 28 de mayo. Ya en septiembre tendrán lugar los pertinentes ensayos previos a la gran ceremonia. «Fastidia, pero las familias no somos, ni mucho menos, las principales perjudicadas en esto», afirmaba Juan Antonio Troya, padre de María.

El perjuicio para los sectores implicados, en efecto, ha sido enorme. Menor, eso sí, de lo que podría haber supuesto perder la campaña: la inmensa mayoría de familias, según han hecho ver desde diversos sectores, han optado por aplazar, y no cancelar, los distintos encargos para los meses de septiembre y octubre.

No obstante, siguen sobrevolando muchas dudas sobre las celebraciones de este año. Así lo afirmaba Eva Castellar, del salón Tentadero La Paz donde María iba a celebrar el día 16 el banquete de su Primera Comunión. Este mes de mayo tenían contratados, con el de María, un total de 72 banquetes. Treinta de estos ya han cerrado la cita para septiembre u octubre; el resto permanece a la espera de comprobar en qué condiciones se podrá celebrar. Más allá de los evidentes problemas para reorganizar la agenda del salón, Castellar subraya el que es el principal contratiempo: «Llevo desde el trece de marzo pegada al teléfono, hablando con padres, y preocupa mucho más el cómo que el cuándo». Sobre el cómo, se sabe bien poco. «Las familias quieren saber si podrá acudir gente de otras provincias, hasta cuántos invitados podremos albergar... Pero ahora mismo es imposible realizar ninguna previsión». En su caso, tratan de trabajar para preparar los distintos escenarios que puedan presentarse en septiembre según avance la pandemia.

Encargos parados

Esta incertidumbre también pesa sobre otro de los negocios implicados en las comuniones: el del textil.Olegario Fayos, de la histórica Tienda Olegario de la calle de Sant Vicent Màrtir„que este año celebra su 80º aniversario„, relataba ayer cómo todo se detuvo con la puesta en marcha del estado de alarma. «Cada encargo se quedó parado, estuviese ya listo para entregar o aún en confección. Por aquel entonces prácticamente no se había entregado ninguno».

El textil se ha encontrado otro problema con los niños pequeños: lo rápido que crecen. «Habrá trajes que puedan arreglarse, pero una parte de la remesa ya no servirá. Vamos a tener que doblar la carga de trabajo este año para poder cumplir con las entregas», apuntaba Fayos. Todo con la duda, añadía, de si efectivamente las celebraciones se darán en septiembre y octubre, y no sufren por el contrario otro aplazamiento. Es por esto que, como la hostelería, esperan pronto una comunicación definitiva al respecto.

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