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El precio de los alquileres de chalés se desboca al garantizar la distancia social

La demanda de una vivienda rural con piscina crece y los precios se disparan ante la escasa oferta que aparece en el mercado - Se multiplican las peticiones en las inmobiliarias

El precio de los alquileres de chalés se desboca al garantizar la distancia social

«Familia con hijos busca chalé con piscina para alquilar este verano en Alzira o alrededores». Este mensaje (u otros similares con el mismo propósito) se repite durante los últimos días en redes sociales y páginas web de anuncios especializados. Estas construcciones, alejadas de la urbe, garantizan la distancia social y parecen el antídoto perfecto para veranear sin temor a sufrir los efectos de la pandemia o de las restricciones derivadas de ésta. Tanto es así que los precios se han disparado hasta niveles que nada tienen que envidiar a los apartamentos playeros.

Ya se especulaba que el turismo de interior iba a ser uno de los grandes beneficiados de la pandemia frente a las grandes aglomeraciones de la costa. Pero la reacción incluso ha sorprendido a los expertos. «Hay un auténtico 'boom' de demanda de chalés con piscina en la Ribera. La gente es consciente de que la playa va a tener muchas limitaciones y una propiedad de este tipo ofrece una gran calidad de vida, una mayor distancia entre vecinos. Seguro que los que hayan podido hacerse con uno o lo tengan lo van a disfrutar más que nunca», explicaba ayer el agente inmobiliario alcireño Guillermo Galán.

No obstante, hay muchísima más gente que busca chalé que la que está dispuesta a ofrecer uno. Tres habitaciones, amplio jardín, piscina y ubicado en la urbanización Santa Marina de la Barraca d'Aigües Vives. Con todas las comodidades que uno pueda desear. Su precio ronda los más de 2.300 euros en el mes de agosto, el más solicitado, aunque alcanza los 1.500 y los supera el resto de meses estivales. No lo busque, ya está ocupado. «Los precios están muy por encima de los que se podían ver el año pasado. El mercado funciona en base a la oferta y la demanda; la primera escasea y la segunda se ha disparado», añadió Galán.

Llamadas a la desesperada

Según apuntaron fuentes de Alzicasa, el volumen de llamadas ha crecido de manera exponencial respecto al año pasado. «Si tuvimos unas quince solicitudes, para este verano se ha superado la centena. El interés por los chalés ha crecido de manera exponencial y si hubiésemos tenido quinientos, seguramente los habríamos alquilado todos porque la gente que está más habituada a ir a la playa está indecisa y no tiene claro si va a estar a gusto rodeada de tanta gente», explicaron.

Muy poco donde elegir

A medida que se acerca el periodo vacacional, la posibilidad de encontrar un chalé cae. Hay quien aprovecha para pedir hasta 1.500 euros por una quincena de agosto, un precio al alcance de muy pocos, especialmente debido al componente económico y laboral que se desprende de la crisis sanitaria. El que quiera encontrar un chollo, lo va a tener francamente difícil. «En estas fechas ya es muy complicado encontrar un chalé. Habitualmente, las Fallas suelen marcar el límite para los alquileres de este tipo. Hay mucha gente que ha retrasado la decisión y ahora tendrá muy poco donde elegir», concluyó Galán.

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