Un apartamento es alquilado a pocas calles del museo durante el tiempo que sucede una exposición. Ese espacio es vaciado y convertido en un espacio mental añadido al de la sala. Todo gira alrededor de ese apéndice raro a medio camino entre real e imaginario. Los bienes muebles del apartamento (del armario a la cucharilla de café) se almacenan en la sala. Una réplica en mármol del rodapié del apartamento se coloca respetando la escala y orientación del original. En las paredes vemos parte de lo que sucede en el apartamento, visitas de oficios a domicilio haciendo otras cosas (aficiones, otras habilidades) y varias intervenciones sobre el lugar. Se puede visitar el apartamento en unos pocos grupos organizados que deben llegar con los ojos vendados.