Manuel ha herido un policía y se ha huido, y se ha refugiado en casa de su tío. No sabe el alcance de la lesión pero su tío le aconseja que desaparezca: cualquiera que sea la gravedad, lo encontrarán y deberá pasar un largo tiempo en prisión. Manuel no tiene otra opción que escapar aprovechando la noche y se refugia en un pueblo perdido y abandonado, un pueblo al que ambos deciden llamar Zarzahuriel. Allí, a pesar de no contar con casi nada y subsistir de milagro, Manuel descubre su vida bonita.