Desde su atalaya en las ondas hertzianas Juan Vitoria (Los 39 sonidos, Discos Ámsterdam) asegura que Star Trip, Hank Idory y Atlàntic representan en València el culto por la melodía y las canciones powerpop. Razón no le falta. Es evidente que las tres bandas comparten ideario sónico y que 2024 será un año importante.
ATLÀNTIC es la primera de las bandas de esta pequeña liga dispuesta a saltar a la cancha con su nuevo material. La banda de València estrena en Loco Club las once canciones de su flamante nuevo disco, Desnivell positiu, con el que regresan a la primera línea de pop después de algo más de tres años fabricando sus nuevas píldoras sónicas.
Atlàntic comenzó una nueva andadura con Volem els ponts y continúa explorándolo con su tercer álbum, Desnivell positiu. Una nueva entrega (la cuarta si contamos la EP homónimo con que debutaron en 2014) que quiere consolidarlos cómo una de las referencias del pop que se hace en el país, como apuntaron muchas de las críticas que aparecieron a los medios especializados.
Desnivell positiu presenta once canciones gestadas a fuego lento en los últimos tres años y grabadas de manera muy particular: la base rítmica en directo Novo Estudios (Picassent), mientras que las voces y el resto de arreglos se cocinaron en el estudio de la banda. Producido por Atlàntic, la mezcla y masterización del disco ha sido cosa de Carlos Soler Otte, que después de un tiempo alejando de las producciones musicales ajenas a su proyecto (Damien Lott), aceptó el encargo de Atlàntic. El resultado: un disco que mezcla la inmediatez del directo con capas de arreglos pop que añadieron en el estudio.
Si la improvisación fue la marca de la casa en el anterior trabajo, con Desnivell positiu han ampliado el método compositivo, el abanico estilístico e interpretativo. Sin renunciar a descargas de pop directas como Baina!, Anna Krushchenko o Mig ple, Atlàntic ha buscado nuevas fórmulas con cambios inesperados de tonalidad (Monstres, Sibèria), ha vuelto a trabajar al servicio del estribillo pop que te engancha en la primera escucha, como Animal, Esclat en la cara, El teu propi cel o El mestre de lamor, y ha fabricado progresiones musicales que estallan en los últimos segundos (Un nou pla, Podemos bailar).
Compositivamente hablando, Atlàntic diversifica su campo de acción. Aunque Josep Bartual continúa firmando la mayoría de las canciones, la banda ha ganado con las aportaciones de María López, no solo como creadora sino también como intérprete. También se consolida el formato trío del grupo, que completa Thomas Mantovani con su habitual solvencia a la batería.