Banda Municipal de Castelló

Marcel Ortega, director

Ricardo Descalzo, piano

Allegro barbaro (1911) Béla Bartók (1881-1945) 3'

Tribal elements (2013) José Miguel Fayos Jordán (1980) 15'

Oiseaux exotiques (1955-1956) Olivier Messiaen (1908-1992) 15'

Dragon rhyme (2010) Chen Yi (1953) 15'

Tras el desgraciado intento de la temporada pasada, finalmente la Banda Municipal de Castelló participará, por primera vez, en el célebre e histórico Festival Ensems. Cruces, título del programa propuesto, es una muestra de cómo el cruce como punto de encuentro es siempre, y especialmente en el arte, un lugar en que las diferencias y los contrastes sólo pueden ser fuente de aprendizaje, de crecimiento y de enriquecimiento mutuo. Los autores de todos los tiempos vehiculan la maravilla hacia el otro en obras que unen tradiciones y lenguajes diferentes, y el estilo de cada uno se desarrolla y se nutre de estas fuentes nuevas.

El concierto comenzará con el Allegro barbaro de Bartók. Su cruce no fue fruto del encuentro con lo foráneo, sino del descubrimiento de las propias raíces. A lo largo del siglo XIX, en Hungría se creía que la música folclórica era aquella propia de los gitanos, tal como lo reflejan las célebres Rapsodias húngaras de Liszt. Además, esta tradición se traducía en el lenguaje clásico de manera muy refinada y según los gustos del momento. Pero poco a poco, Bartók y Kodály emprendieron un verdadero viaje de investigación a las raíces, a los pueblos y la gente del país, equipados con un fonógrafo y mucho papel pautado, y encontraron un lenguaje musical único. Cruce es pues descubierta. El Allegro barbaro de Bartók es la primera obra en la que plasma este lenguaje nuevo -ya la vez tan antiguo-, transformando el piano en un instrumento percusivo e introduciendo todo de armonías, acentuaciones y melodías descubiertas en sus viajes por el país. Oiremos la versión para banda de Tom Wallace.

Seguirá una obra muy actual: Tribal elements del compositor de Chella José Miguel Fayos Jordán. El cruce es tridimensional: entre un compositor occidental, las tradiciones más ancestrales de diversos lugares del mundo y el filtro refinado y curioso de la escritura actual. Cruce es también contemporaneidad, ya que sólo las técnicas modernas y la liberación de los gustos de hoy en día permiten incluir de una manera tan directa y auténtica las raíces verdaderas, que tan a menudo van más allá de lo que estamos acostumbrados a incluir en los cánones de belleza. Fayos Jordán captura sin lugar a dudas la esencia tribal y ritual de los ritmos y las tradiciones de Sudamérica, África y Asia en su obra, desnuda, franca y sensualmente primigenia.

Olivier Messiaen fue uno de los primeros, como Bartók, de ir a buscar las fuentes directamente de allí de donde manan, y de intentar entenderlas, traducirlas al lenguaje que él había aprendido en el Conservatorio, antes que usarlas como un simple elemento decorativo o de exotismo hipócrita. Cruce es también autenticidad: en el caso del músico francés, su investigación lo llevó a dos mundos muy curiosos: la India y los pájaros. Hizo años de investigación sobre ornitología, anotó y grabó los cantos de los pájaros y los plasmó en sus creaciones. También lo hizo con el complicadísimo sistema de solfeo, rítmica y escaleras hindú. Todo esto lo tradujo al lenguaje de su tiempo, utilizando el serialismo integral y los últimos recursos de que disponía la composición. Con la colaboración del pianista especializado en música contemporánea Ricardo Descalzo, la Banda Municipal volverá a la vida una obra compleja, ambiciosa y densa como son los Oiseaux exotiques.Nacida en 1953 hija de maestros, Chen Yi sufrió la deportación interior en China de la reciente revolución industrial. Separada de su familia, fue enviada a las profundidades rurales y obligada a hacer trabajos forzados mientras, a escondidas, estudiaba con su violín y aprendía las melodías y tradiciones del interior de su país. En una biografía novelesca, Chen consigue estudiar en el Conservatorio Central de Pekín y en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, donde llega a ser finalista de los premios Pulitzer de composición y es profesora de universidad, aparte de ser una de las compositoras más reputadas de la actualidad. Su cruce, con su propio país, con la tradición clásica y con el mundo vivo e inagotable de la composición en los EEUU es de intercambio permanente. Dragon Rhyme concluirá el concierto con dos movimientos bien diferenciados: uno que se basa en la música electroacústica de los años 60 y 70 y el otro que es una espiral enérgica y delirante de música tradicional china mezclada con el ímpetu y las técnicas de orquestación bandísticas de los americanos.