El camino que no me llevó a Roma es mi segundo álbum de estudio. Contiene algunas de las canciones más personales y crudas que he escrito nunca. El proceso de composición comenzó a principios del año pasado. Tenía el corazón destrozado, una casa nueva y mi guitarra de siempre. Como si de una terapia se tratase, mis heridas fueron curando con cada tema y, casi sin quererlo, encontré un camino que iba conectando cada canción con la anterior y ésta con la siguiente.