Voluptuosa y sensual, libre y cambiante, aventurera y mestiza

Es una cantante mallorquina, hija de exiliados políticos (su padre es el expolítico y escritor guineano Juan Balboa Boneke) que, de pequeña, empezó a adentrarse en la música a través del flamenco que conoció en la comunidad gitana del barrio deSon Gotleu de Palma de Mallorca, que se convirtió en su segundo hogar y le mostró el camino para escapar de una realidad de pobreza y marginalidad.

Mucho ha llovido desde entonces para Buika, quien a sus 48 años luce una brillante trayectoria de rango internacional. Despuntó ya con su primer disco, “Mestizüo” (2000), donde volteaba estándares de jazz, y cogió vuelo con los cuatro siguientes, ¨Buika¨ (2005), ¨Mi niña Lola¨(2006), ¨Niña de fuego¨ (2008) y, sobre todo, ¨El último trago¨ (2009), su particular homenaje a Chavela Vargas en colaboración con Chucho Valdes.

Pero en vez de atarse al aplauso fácil, gracias al fulgor con que se acogieron entonces sus aires revisionistas del jazz, la copla o el flamenco, prefirió hacerlo a su instinto y exhibir su privilegiado poder vocal cantando sin miedo ni cadenas.

Que su penúltimo disco se titulase ¨Vivir sin Miedo¨ (2015) no es casualidad. Tampoco que ahí se mostrase, como parte de su viaje continuo y sin estación final, mirando hacia otro lugar: en concreto, a Jamaica, subida ella en un groove denso que conectaba con sus ancestros africanos (cabe recordar que el tema con que abría su segundo disco se tituló ¨New Afro Spanish Generation¨: tampoco eso fue casual).

Voluptuosa y sensual, libre y cambiante, aventurera y mestiza, en directo se desnuda de manera espectacular, logrando que el público se sume a su causa y no dude en viajar con ella a las profundidades de su repertorio.