Una reflexión sobre la evolución del ser humano y su interferencia con la naturaleza es lo que nos plantea Núria Fernández en la presente muestra. Por eso, el artista nos ofrece una serie de obras que construyen un discurso propio, pretendiendo que los visitantes experimentan algún tipo de emoción y promoviendo así un pensamiento crítico sobre nuestras motivaciones, preferencias y acciones que nos han llevado al punto donde nos encontramos.

En esta muestra, donde las obras han sido concebidas específicamente para el espacio expositivo que las acoge, el artista utiliza el recurso metafórico, en obras como “El sueño del oso”, donde éste pretende conseguir la luna al ver cómo su hábitat natural se deshace por momentos. Obras que pretenden visualizar el futuro como “La vida en Marte”, en la búsqueda de otro sitio que habitar después de haber destruido la tierra. O "La gallina mecánica", pensada como un híbrido del futuro. Citadas, a modo de homenaje, al asno y la bicicleta, en “Platero y yo” y “La bicicleta”, como medios de transporte sostenibles. Obras en defensa de la agricultura ecológica, como “Desde el cielo con color”, promocionando el comercio de proximidad que mantiene nuestra economía cercana y reduce el rastro de carbono de los alimentos. Y composiciones que nos muestran costumbres indígenas, civilizaciones que han vivido miles de años en perfecta sintonía con su entorno natural y en el que el artista hace una retrospectiva en nuestras raíces.

“Evolución”, es sobre todo un grito en la sociedad para “mover ficha” en pro de la sostenibilidad, y paralelamente una evolución del artista que se plantea nuevas formas plásticas para conseguir su objetivo. Conociendo la obra de Núria, se observa un ejercicio de continua búsqueda del equilibrio del color, no permitiendo que éste interfiera en el mensaje que el artista resuelve con la utilización de recursos más gráficos y directos, sintetizando las formas, abandonando la figuración hacia una representación más expresiva, casi abstracta. Se observa una simplicidad de las formas en busca de la esencia, como recurso representativo para abrir la puerta al discurso. Resultando así una representación de formas más poéticas, con una base ideológica muy vinculada al existencialismo ya la subjetividad individual, que pretende mostrar el abismo interior de la incertidumbre y la desesperación por un intento de convencer al mundo de la necesidad de actuar , poner solución al sufrimiento y al desgaste del ecosistema, haciendo frente a los problemas ambientales de la humanidad.