La Sala Escena expone las caricaturas más recientes del artista Kikelin (Kike Payá) bajo el lema POLITIKMENTE, toda una declaración de intenciones de su autor. El juego de palabras del título incluye también un guiño a su reconocido logo con la letra K. Y es que Kikelin es el seudónimo con el que este artista firma sus caricaturas realizadas en pintura digital que, en esta ocasión, ha dedicado a políticos, tanto del ámbito autonómico (Ximo Puig, Mónica Oltra…), como nacional (Almeida, Manuela Carmena, Anguita, Pedro Sánchez, José María Aznar, Errejón…) e internacional (Joe Biden…).

Rostros que nos son familiares y que nos han acompañado este año convertidos y tamizados por el filtro siempre irónico de Kikelin. Tal y como afirma el propio autor citando a Aristóteles, el ser humano es un animal político. La política afecta a todos los ámbitos de la sociedad, queramos o no. Por eso, vamos a tratarla con humor. Porque las caricaturas son eso, chistes visuales confeccionados con ironía y sarcasmo y con críticas ácidas a la política como espectáculo personalista. Algo así como un circo con fieras, equilibristas y muchos payasos. Los políticos que aparecen en esta particular galería son actores, dramáticos o cómicos, en plena actuación.

Y es que una de las características más definitorias de las caricaturas de Kikelin son las continuas referencias al mundo del cine, la literatura y el cómic. Así, podemos ver a Manuela Carmena convertida en la superheroína Mujer Maravilla (Wonder Woman) o a Puigdemont demomizado y travestido con una estelada.

También es marca de la casa la libertad con la que el artista aborda la caricatura política. Sin censuras ni autocensuras. Es en este género en el que trabaja desde hace años donde Kikelin se siente libre y sin límites. Sus caricaturas son muy directas.

En su trabajo como retratista y caricaturista Kikelin intenta buscar el reflejo de la personalidad en el rostro, basándose en la fisiognomía evolutiva (que estudia la relación entre la evolución de un rostro en contraste con la evolución personal) y la morfopsicología (que se centra en la relación directa entre los rasgos y la personalidad). La caricatura facial indaga en el carácter del personaje, en su verdadero yo, y los aditamentos en forma de disfraz, de paisaje o de simbología completan la definición.