Un viaje por diferentes estados emocionales, sensorial. Un intento por hablar de temas que difícilmente salen a la luz, como la pena o el dolor. Un retrato familiar sincero a través de una música exuberante y profunda, de múltiples capas. Eso es lo que FLORIST es capaz de producir gracias a unas canciones que nacen de la colaboración entre todos los miembros del grupo neoyorquino liderado por Emily Sprague.

El consuelo de la amistad es uno de los ejes centrales del conjunto, que genera un sonido que entremezcla las distorsiones con una voz delicada, dando como resultado un hermoso contraste entre la luz y la oscuridad que se transforma en un ejercicio catártico, tanto para la banda como para el oyente, que se deja llevar por esa atmósfera de alivio, por ese poder de recuperación ante la adversidad. Una música que llega al alma.