Sebastián Marcelo, alias Niño Costrini, es un prestigioso clown, un provocador nato que hace de la ironía y del fino sarcasmo su medio de expresión y de la risa, esa arma eficaz, su trabajo, junto con la reflexión disfrazada de broma y esa poesía que emana de la alegría, la ternura… Camina raro, como el Pato Donald, y ha inventado una forma de gritar palabras entrecortadas sin necesidad de hablar.