Un "silencio de sueño" llena la estancia de los "cocodrilos", los más pequeños de una escuela infantil. Un electricista pretende cambiar una bombilla, cuando alguien rompe a llorar en la oscuridad… demasiado tarde! Precisamente, todo acaba de empezar. ¿Conseguirá el electricista que vuelvan a dormirse? Llantos, risas y sorpresas están asegurados en esta auténtica odisea cotidiana.

Oír llorar nos puede angustiar pero también nos puede liberar de nuestras preocupaciones, tristezas y emociones. Los pequeños nos muestran que llorar es muy saludable y nos conecta con el hecho de saber conmovernos."

Nuestro electricista hará lo imposible porque los pequeños vuelvan a recuperar la calma. Nos mostrará cómo podemos ser capaces de superar situaciones que nos desbordan, generando el esfuerzo necesario, aunque pensemos que estamos atrapados. El miedo y el pánico lo llevarían a marchar, pero redescubriendo su sensibilidad y ternura, no los abandonará.