Quizá no convenga decirlo en voz alta. Nos queda suicidarnos para no morir lentamente mientras nos extirpan el tiempo y nos dan por el culo cuando nos atamos los cordones de esos zapatos tan chulos con velcro.
Alrededor de cuatro mil personas se suicidan cada año en España y eso no sale en las noticias tres veces al día.
Solo hay una forma de encontrar la respuesta: Tirarse al agua y comprobar si flotamos o nos hundimos.