Creando una amalgama de estampas que vertebran el políptico hagiográfico de una mujer que esculpe su personalidad tomando distancia de sus orígenes, pero sin renunciar a ellos, María Moreno no solo explora sus límites deambulando entre la tradición y la contemporaneidad, sino que también encuentra la fuerza para romper con sus propios tabúes y miedos replanteándose el mundo que la rodea y su posición en él.

El baile se convierte aquí en una batalla de extremos opuestos -el disfraz frente al desnudo, el refugio frente a la liberación, la extroversión frente a la timidez- de una artista que encuentra en sus pies sus alas para volar y su ancla para volver a la tierra.