Virginia Woolf hace un recorrido de 24 horas en la vida de Clarissa Dalloway, desde que se levanta de madrugada y empieza a preparar una fiesta para su marido, hasta el inicio de la fiesta por la noche. Un recorrido marcado por las horas que toca la campana del reloj del Big Ben, por el tiempo que va pasando y que lleva Clarissa a ir adelante y atrás en el tiempo de su vida.