Año Rector de Vallfogona
Con el Rector de Vallfogona pasa algo curioso: todo el mundo ha oído hablar de ello pero hay poca gente que sepa exactamente quién es. A algunos nos ha llegado a través de una fábula, un chiste o una canción; a otros nos han explicado, en la escuela o en la universidad, que es el autor de un soneto sobre una dama que se peina; para otros, es poco más que un nombre que no sabemos exactamente dónde situar. En gran medida, esto se debe a que se trata de una figura compleja, en la que se combina un componente histórico, uno literario y uno legendario.
En primer lugar, se trata de un personaje histórico, es decir, un hombre que vivió a caballo de los siglos XVI y XVII y cuya existencia puede demostrarse porque diferentes hechos de su vida constan en documentos escritos. Su nombre era Francisco Vicent García y Ferrandis. Nació en Zaragoza en 1579 y murió en Vallfogona de Riucorb en 1623. Hizo una carrera relativamente exitosa dentro de la jerarquía eclesiástica y seguramente lo habría sido mucho más si no hubiera muerto con tan sólo 44 años.
En segundo lugar, Garcia fue un poeta. Y no un poeta cualquiera, sino el primer poeta en lengua catalana que escribe a la manera de los poetas barrocos. Su obra, de una calidad excepcional, fue reconocida en todo el Principado, ya en su vida, y después se convertirá en el gran referente de la poesía en lengua catalana hasta la Renaixença.
En tercer lugar, el Rector también es un mito que forma parte del imaginario colectivo catalán, donde aparece como el paradigma del clérigo ingenioso, pícaro y socarrón. Esto se explica porque, en paralelo a su reconocimiento dentro del mundo literario, la voz popular había ido esparciendo por todo el territorio todo un repertorio de anécdotas graciosas de las que era el protagonista. Estas anécdotas, que poco tenían que ver con su vida real, eran contajas del humor clerical de la época que se fueron atribuyendo a García, probablemente porque su poesía había sido mayoritariamente satírica y él, un personaje popular.