Inspirada en Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán, la historia se condensa en las horas que preceden a una rave y todo lo que sucede durante la misma. En un solar abandonado, Pedro, Tabo, Sabela, Jessy, Julián y Nucha descubrirán y atravesarán aquello que siempre temieron: la soledad, el abandono, la lucha contra uno mismo, contra los demás... La desesperación de unos seres humanos con el único propósito de sentirse amados sobre la tierra.

​Emilia Pardo Bazán escribe Los pazos de Ulloa cuarenta años después de que Emily Brönte escribiera sus Cumbres borrascosas. Comparten ambas la visión tétrica y siniestra de un lugar alejado de la urbe en el que imperan unas leyes que giran alrededor de una animalidad que muestra una violencia y una agresividad virginal.

¡Shhh! En el camino a los Pazos tomaremos tres de los elementos fundamentales de su paisaje: la política, la religión y la violación. No hay un Dios al que girarse, o hay muchos que compiten con igual violencia. Algunos siguen compitiendo a través de las bombas y el miedo, y otros a través de las drogas químicas. ¿Es todo este sistema una herencia o es una construcción contemporánea?.