'El Barco', 'Los Borgia', 'Águila Roja', 'El Internado', 'Ángel o Demonio'..., en televisión. Adulterios, en teatro. Ahora, esta joven hispano-norteamericana se estrena en su primer papel protagonista en Perdona si te llamo amor, una cinta que lleva al cine el superventas romántico de Federico Moccia.

¿Cómo le llega la oportunidad de este trabajo?

Hace casi un año medio, la directora de casting Consol Tura me envió un correo electrónico porque querían probarme para este papel. Tenía una semanita para preparar la prueba, vi que la película venía de una novela de Moccia y me fui a comprarla. Fue una suerte, porque muchas veces no hay tiempo, tienes la prueba de un día para otro. De manera que me zampé la novela y, claro, eso me dio muchísima información sobre el personaje.

¿Había leído a Moccia antes?

No. Y he de confesar que, no sé..., quizá por prejuicios tontos en contra delo comercial: A mí me gusta bastante lo independiente, las cosas de autor. Si no es por esa llamada... Y la verdad es que también me cogió en un momento maravilloso para leer esa novela, algo muy liviano, de amor, que me hacía soñar... Es una novela muy pura, inocente...

¿Qué lecturas le gustan?

Me gustan autores como Chéjov... Ahora estoy leyendo La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han [filósofo coreano. Herder Editorial,2012].

¡Vaya! ¿Tardará mucho en leer otra novela de Moccia...?

[Ríe]. Pues espero que muy poco, dependerá de si hago la segunda parte de Perdona si te llamo amor, porque, si va bien, se hará Perdona, pero quiero casarme contigo (la siguiente novela de la serie).

¿Tiene usted claro a qué público va dirigido este cine?

Muy claro. Pero antes diré que me parece que aquí hay un problema serio con el cine español, porque se generaliza mucho y se menosprecia. Por eso me gusta mucho, por ejemplo, lo que ha sucedido con Ocho apellidos vascos. En fin, parece claro que este cine, en principio, funciona muy bien con el público adolescente, aunque también es cierto que hay otra mucha gente de otras edades que están muy cerca de este tipo de historia. Por ejemplo, se han publicado fotos de Iker Casillas leyendo Perdona si te llamo amor, mi dentista lo ha leído también... Muchísima gente que en principio no pensarías que pudiera estar interesada por la comedia romántica. Hay que estar abierto a todo tipo de historia y dejar los prejuicios a un lado. Sobre todo, el cine tiene que ser entretenido.

¿Cree que este tipo de fantasía romántica conectará bien con los jóvenes de hoy?

Siempre se ha dicho que la realidad supera la ficción. ¡Pasan tantas cosas increíbles en el mundo...! ¿Qué hubiese sucedido si Romeo y Julieta hubieran continuado juntos, habrían terminado en divorcio y peleados por la custodia de sus hijos...? ¡Quién sabe nada! Lo que yo creo es que lo bueno es soñar con cosas bonitas, positivas.

¿Cómo ve a Niki, su personaje?

Sobre todo, muy libre. También creo que es una chica que confía, alegre, muy cariñosa... Se rige mucho por el amor en todas sus relaciones. Con su familia, con sus amigas..., no sólo por el amor romántico. Y sí, también la veo un poco inmadura, pero siempre desde la inteligencia. Yo creo que esto es lo que ayuda también a que la historia no coja nunca tintes como los que podría tener una Lolita, donde hay mucho más retorcimiento, juegos de poder...

Tampoco hay muchas similitudes entre Moccia y Nabokov...

[Ríe]. Claro, claro. El amor en Moccia es muy puro. Por eso, si el personaje no fuera inteligente, habría un problema, porque los miembros de la pareja no partirían desde una posición de igualdad. La película también habla de cómo dos generaciones distintas se pueden aportar cosas valiosas la una a la otra.

¿Como mujer, se siente usted lejos o cerca de Niki, su personaje?

Me siento más unida a ella después de haberla interpretado.

¿Vería usted factible esta historia si fuese la mujer quien le sacase veinte años a su amante adolescente?

Me alegro de que me preguntes eso, porque, efectivamente, creo que nuestra sociedad sigue sin estar preparada para algo así. Si la película planteara las cosas de ese modo, creo que pocos la calificarían como una comedia romántica.

¿Qué es para usted el amor?

Odio los topicazos, pero yo creo que el amor necesita un ingrediente indispensable, la honestidad. Complicidad, honestidad, confianza...

¿Tiene una pareja ideal?

No una pareja ideal, sino una relación ideal. Lo que decía antes, tener un cómplice de verdad, realmente profundo. Y, claro, supongo que mi hombre ideal, para empezar, tendrá que ser capaz de ser muy honesto consigo mismo...

Ha dicho que Niki es una mujer libre. Pero vive en un ambiente conservador... ¿Su entorno le permitiría practicar esa libertad?

Eso depende siempre de uno mismo. Yo, desde luego, en la película me he ceñido a este personaje salido de la novela de Moccia. Y es cierto que hay bastantes convenciones en ese mundo. En el caso de Niki, creo que su libertad tiene que ver consigo misma. Es la libertad de decir lo que piensa, de que no le importe el qué dirán... En otro tipo de cuestiones, evidentemente, es un personaje de Moccia...

¿Cree que este tipo de papel la ayudará a lanzar su carrera? Y, ya que es usted estadounidense de nacimiento, piensa en un futuro en Hollywood?

Lo que me gustaría es vivir de esta profesión, sea donde sea, ese es mi sueño. En cuanto a lo que pueda suceder a raíz de esta película, también es una incógnita. Creo que lo inteligente es no albergar expectativas desproporcionadas.

¿La moda ha quedado relegada definitivamente?

¡Nooo, pero si yo nunca estuve en la moda...! Hice aquel programa [concursó en Supermodelo 2007 y quedó semifinalista], y como quería trasladarme a Madrid, hice un par de cosillas por cuestiones económicas.

¿Más cine?

Se supone que para octubre se estrenará Little Galicia [película de Alber Ponte que recrea la vida de la colonia gallega en Nueva Jersey]. Es una comedia de enredo, pero digamos que más adulta que Perdona si te llamo amor. Y, bueno, hay un par de cosas más, pero de esas que hay que esperar a ver si se confirman. Me doy con un canto en los dientes, me siento muy afortunada de haber podido hacer mi primer papel protagonista.

¿Y el teatro?

Sí, fue lo primero que hice cuando salí de Supermodelo. Por cierto, que salí asustada, pensando que quizá había arruinado mi carrera como actriz, que me tendría que cambiar de nombre...Y bueno, después de un mes, Verónica Forqué iba a dirigir una obra de teatro, veía Supermodelo y sabía que yo era actriz. Me llamaron, hice la prueba y tuve la suerte de interpretar Adulterios con María Barranco y Miriam Díaz-Aroca. Me apetece mucho volver al escenario, pero todavía no me ha llegado otra propuesta.

¿Cree que su físico la ayudará a triunfar como actriz?

Pues no lo sé, dependerá de lo que busque cada director. Tener un buen físico puede ayudarte, pero también tiene su peligro. De todos modos, yo creo que la belleza no está nunca en el canon, sino en el atractivo. No hay que enfocar las cosas por ahí, porque los actores no somos modelos y tenemos que reflejar la realidad, no la perfección. En esta sociedad hay una obsesión demasiado grande, incluso enfermiza por la belleza.

¿Ya que menciona la sociedad en la que vivimos, está a gusto en ella?

La verdad es que no, nada. La gente que se supone que tiene que defendernos no para de robar. Hay muchísima corrupción, ya no en España, sino en el mundo entero, y es algo muy frustrante. No tiene que ver con derechas e izquierdas, pero me parece que sí se necesita un gran cambio. Y en cuanto a las nuevas tecnologías, tampoco estoy a gusto, me considero bastante marginada en este sentido. Creo que las redes sociales, donde no tengo cuentas abiertas, juegan en contra de la sensibilidad de la gente, por la manera de relacionarnos. Hay demasiada soledad, aunque se tenga contacto con mucha gente. yo creo que es mejor vivir en el mundo real y mirarse a la cara.