La actriz Carrie Fisher tuvo que perder 15 kilos para volver a dar vida a Leia en Star Wars: El despertar de la Fuerza. La protagonista de la trilogía original ha criticado la industria del cine porque "lo único que importa es el peso y la apariencia".

En una entrevista concedida a la revista británica Good Housekeeping, la actriz de 59 años ha asegurado que le obligaron a perder peso para interpretar de nuevo a Leia en el regreso de la saga galáctica.

"No querían contratarme entera, sólo tres cuartas partes", bromeaba Fisher. Después se puso más seria para hablar de la importancia que tiene el físico en la industria del cine: "Nada cambia, es cuestión de apariencia. Estoy en un negocio en el que lo único que importa es el peso y la apariencia. También podrían decirme que me haga más joven, porque es así de fácil".

Finalmente, Fisher aceptó esta condición, aunque le acarreó algún problema. "Cuando perdía peso, no me gustaba sentirme mejor conmigo misma por eso. No soy así. Mi problema es que me hablan como a una actriz, pero yo les escucho como una escritora", ha confesado. Además la actriz ha criticado que en la sociedad se trate "la belleza como un complemento, eso es una locura".

Para perder los 15 kilos que le exigía el guión, la actriz lo hizo "de la misma forma que todo el mundo". Según explica, siguió una dieta estricta y practicaba deporte: "No comer y hacer más ejercicio. No hay otra manera de hacerlo. Lo pasé peor comiendo bien que haciendo ejercicio. Es más fácil añadir actividad que privarme de algo".

Recientemente, la actriz concedió otra entrevista a Interview Magazine junto a la nueva protagonista de la saga, Daisy Ridley. Entonces, Fisher también criticó la forma en la que apareció en la trilogía original. "No seas una esclava como yo", le dijo a Ridley. "No soy una sex symbol, eso es la opinión de alguien, no la mía". Además instó a la joven actriz a "luchar por su vestuario", una alusión a la polémica generada por el ya legendario bikini de esclava que lució en El Retorno del Jedi.