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Exitoso debut

'La aspirante': fascinación por la obsesión

Hablamos con la directora Lauren Hadaway sobre su multipremiada primera película, un intenso drama deportivo que acaba de abrir el Americana Film Fest y que podrá verse en Filmin desde el próximo viernes, día 18

Isabelle Fuhrman en una imagen de 'La aspirante'.

Lo mejor que puede decirse de 'La aspirante', debut en el largo de Lauren Hadaway, es que hace honor a su temática: hablamos de una película obsesionante sobre la obsesión. Su profundidad psicológica y sus cualidades formales no pasaron desapercibidas en el festival de Tribeca de 2021, en el que obtuvo los premios a mejor película, mejor actriz (Isabelle Fuhrman, antigua heroína de 'La huérfana') y mejor fotografía. Pedigrí más que suficiente para inaugurar el noveno Americana Film Fest (se podrá ver aún el miércoles en el Zumzeig y el jueves en Cinemes Girona) o ser anunciada por Filmin (donde se estrena el próximo viernes) como su apuesta cinematográfica más importante en lo que va de año.

La obsesión de la que nos habla Hadaway es, en concreto, la de la universitaria Alex Dall (Fuhrman) por subir de categoría a cualquier precio en la práctica del remo. 'La aspirante' es a este deporte lo que 'Cisne negro' era al ballet clásico y 'Whiplash' (en la que Hadaway fue parte del equipo de sonido) a la batería jazz: no un retrato realista de estas actividades, sino una inmersión subjetiva en la psique de practicantes particularmente feroces de las mismas. "Me encantan las dos y, en general, todos los dramas sobre artistas obsesivos", explica su directora por videollamada desde París, donde reside ahora. "Pero lo que creo que la distingue de esas dos películas es que en este caso no existe un antagonista. Como Alex, no me dejo llevar por las influencias externas. En el colegio, o siendo remera en la universidad, o al mudarme a París, me dejé llevar por un fuego que existe dentro de mí. Eso es lo que quería explorar".  

Incluso en el amor, Alex prefiere lo desafiante a lo sencillo: focaliza su deseo 'queer' en Dani (Dilone), una profesora ayudante con la que "no se lleva bien de inmediato, lo que solo lo hace todo más interesante". Incluso lo que debería ser una vía de escape se convierte en una inspiración para su principal obsesión: "En la película hay dos escenas de sexo –explica Hadaway–, una con un chico y la escena con Dani. En la segunda, Alex descubre que no importa el tamaño del barco, sino el movimiento de la marea. Hasta entonces, ha tratado de ganar músculo para dominar el deporte, pero no tiene el físico apropiado para algo así. Este momento con Dani le recuerda que también son importantes la técnica y la finura".

En cierto modo, admite Hadaway, 'La aspirante' es un autorretrato solo levemente distorsionado. "De mi yo de entre 18 y 22 años, sobre todo", precisa. "He evolucionado desde entonces. Todavía soy controladora, obsesiva, neurótica y ambiciosa, y puedo dejar que las cosas me consuman, pero también he aprendido a establecer prioridades, cuando mis prioridades cambian. Con la edad de Alex, no dejaba de perseguir algo hasta conseguirlo. Con la edad, he aprendido a ver que no hay que hacer tanto caso al ego y seguir a tus instintos".

Todo un viaje sensorial

El fuego dentro de Alex y (sobre todo, la más joven) Lauren se traduce en una experiencia cinematográfica sensorial e intensa. Desde el minuto uno resulta evidente que, antes de dirigir este largo, Hadaway hizo carrera en sonido y montaje (aquí se encarga de esto último, mano a mano con Nathan Nugent). "El sonido fue importante desde el principio. Incluso en el guion escribía detalles de sonido y anotaba canciones específicas. Muchos directores piensan visualmente, pero no tantos piensan en términos de sonido. Y el montaje también fue determinante. La película cobró forma para mí en la sala de montaje y casi en el último momento, después de un proceso maníaco de nueve meses durante la pandemia. ¡Me volví un poco Alex Dall en esta etapa!". 

Redescubriendo a Fuhrman

Tras su lejana revelación en 'La huérfana', Fuhrman no ha tenido demasiadas oportunidades de demostrar su talento en un gran papel protagonista. Hadaway tuvo claro muy pronto que Alex debía ser ella: "Recuerdo haber ido a ver una charla con David Fincher sobre 'Perdida'. Habló de cómo eligió al reparto, de lo importante que era tu propia percepción del actor como persona. Aquella idea se me quedó. Cuando empezamos a hacer pruebas, enseguida me fijé en Isabelle por muchos motivos: hizo más trabajo del que debía hacer; escribió una carta; estaba dispuesta a darlo todo físicamente… Pero, sobre todo, me atrajo que bajo su carácter alegre parecía esconder una tremenda intensidad".

De personajes "obsesivos y neuróticos" irá también su próxima película, aunque esta vez planea explorarlos en clave de comedia. Además, Hadaway tiene ideas de ciencia ficción, fantasía, historia… "Ser cineasta es como tener hijos en el siglo XIX. Vas a tener muchos, pero sabes que no todos llegarán a ser adultos. Algunos morirán por el camino. Tienes que quererles, por supuesto, aunque igual debes aprender también a no encariñarse en exceso con ellos".

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