Estreno de cine

La Maria Callas de Angelina Jolie: entre delirios y arias, una sucesión de todos los tópicos

El 7 de febrero se estrena en España 'Maria', la última película del cineasta chileno que plantea una discutible mirada a los últimos días de vida de una de las cantantes de ópera más icónicas de la historia

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín.

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín.

Pablo Meléndez-Haddad

Con 'Maria', su película sobre los últimos días de vida de Maria Callas, el realizador chileno Pablo Larraín inauguraba el pasado verano la competencia por el León de Oro de Venecia y cerraba la trilogía que ha dedicado a mujeres que él considera que atravesaron verdaderos problemas existenciales a pesar de estar rodeadas de lujo y prestigio. A su retrato de la Divina que se estrena en cines de toda España el 7 de febrero, se une su particular mirada a Jackie Kennedy con 'Jackie' (2016) y a Diana de Gales con 'Spencer' (2021).

En ‘Maria’, Larraín cuenta con una cómplice que se toma muy en serio su trabajo, la actriz Angelina Jolie, quien, aunque no podrá optar al Oscar al no haber sido nominada, sí lo fue en la categoría de mejor actriz dramática en los Globos de Oro (que acabó arrebatándole Demi Moore). La película es una ensoñación del realizador que se centra en los últimos días de la soprano estadounidense de origen griego en su piso en París, dibujándola como una mujer perseguida por su fama, tremendamente solitaria, adicta al alcohol y a los somníferos, con serios problemas cardíacos y que añora desesperadamente esa voz que la había transformado en la cantante lírica más importante e influyente de la época moderna. 

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín.

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín. / /

Un temperamento bien enfocado

Como Jackie y Lady Di, Callas parecía haberlo tenido todo, desde el amor verdadero al éxito más grande al que podía aspirar en su vida pública, coronada por si fuera poco por una belleza y un estilo que cada una de ellas ayudó a definir con detalles propios para ser entronadas como las reinas del glamur de su época. Y de siempre. Pero tras los éxitos y los reconocimientos, para Larraín estas mujeres ocultaban un alma rota. En el caso de Callas, además, sumada a un aislamiento social fruto de un temperamento que el director sabe enfocar con acierto. 

Tras una secuencia que entusiasmará a los melómanos en las que se recrean algunas de las más famosas y conocidas sesiones fotográficas originales que hicieron popular a Callas y que la transformaron en la precursora de la prensa del corazón, con una Angelina Jolie completamente absorbida por el personaje, el chileno se vale de una dirección de arte que merece un Oscar por la reconstrucción del ambiente íntimo de la cantante y de un vestuario de lujo –la película solo aspira a la estatuilla de Mejor Fotografía–, únicamente acompañada de sus perros y de su personal de servicio, su fiel doncella Bruna y su mayordomo y chofer Ferruccio. 

Fantasía y realidad

La Callas de Larraín vive una lucha imaginaria por recuperar una voz construida durante años de arduo trabajo y que la había elevado a leyenda, pero que al final de su vida estaba desgastada por el paso de los años y la inactividad, por la falta de las adecuadas rutinas y por la adicción al Mandrax, medicamento que le construye un mundo ilusorio en el que se dibuja fantasías para refugiarse y escapar al dolor cotidiano, un guion, escrito por Steven Knight, que mezcla fantasía y realidad, recuerdos y pesadillas.

Uno tras otro, entre delirios y arias, van sucediéndose todos los tópicos que rodearon a la Divina, las penurias económicas de su juventud al regresar a Grecia, su lucha contra el sobrepeso, su fracaso matrimonial, su amor por Onassis y el daño que le causó que se casara con Jackie Kennedy, su aborto... Todo ello engarzado en la historia de una señora con alucinaciones, que les grita a los fans que le piden una foto, alcohólica y fumadora compulsiva.

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín.

Angelia Jolie como Maria Callas en el filme de Pablo Larraín. / /

Jolie: siete meses tomando clases para prepararse

Jolie se entrega por entero a un personaje que sale de su zona de confort, que le brinda prestigio como actriz y que, en realidad, tras aceptar sus modos de diva algo estereotipados (en público la Callas era así, como puede apreciarse en conciertos y entrevistas), acaba convenciendo. No en vano se preparó durante siete meses tomando clases de canto lírico para entender una técnica que tiene sus propias rutinas y que obligan al cuerpo a moverse de determinada manera, aprendiendo a respirar como lo hace una cantante de ópera para que las escenas en las que dobla un fragmento cantado resulten creíbles. Y lo consigue. Delgadísima, Angelina Jolie entra bien en el retrato que propone Larraín, el de una mujer que apenas se nutre; acierta también en el acento de su inglés, muy similar al que Maria Callas acostumbraba a utilizar en sus entrevistas en ese idioma.   

Ahora, eso de levantarse por la mañana, divina de la muerte y con un pelo envidiable y acondicionado, para plantarse en la cocina y cantarle a su asistenta un aria de la dificultad de “Casta diva” de ‘Norma’ sin vocalizar ni prepararse, pues no resulta creíble, aunque tenga su efecto narrativo.

Un clon del mayordomo de 'Sunset Boulevard'

Plantear una película de una diva sin tener en cuenta la música es un pecado, y en este caso, a la hora de definir el guion, Larraín hace que el personaje evolucione y se escore hacia donde quiere a través de la música, de las arias que Jolie dobla sobre la voz de Callas, casi todas bien escogidas, pero dejando espacio para satisfacer el gusto más popular al utilizar también fragmentos operísticos que han trascendido el mundo de la lírica para instalarse en el imaginario popular. Aunque puede entenderse su inclusión, es un error garrafal que la Callas, en el precario estado vocal de sus últimos años, pudiera querer calentar la voz con Anna Bolena, por ejemplo...

Pero, ¿por qué no emociona incluso al melómano más ‘callasiano’ el dolor de esta mujer que presenta la película? Quizás se deba a que el director utiliza el canto como una metáfora, y, claro, este tipo de recurso cinematográfico no despierta emociones fáciles. Una protagonista sumida en la droga sin tener claras las razones de la adicción no ayuda a tocar el corazón del público, como tampoco resulta un recurso convincente dibujar al fiel Ferruccio como si fuera un clon del mayordomo de Norma Desmond de ‘Sunset Boulevard’.

La edición sonora sí que merece un Oscar

La voz inigualable de Maria Callas, la Divina, como no podía ser de otra manera, se eleva como uno de los aspectos más destacados de ‘Maria’, cuya banda sonora Warner Classics lanzó en diciembre en CD, cuando la película se estrenó en Netflix USA. Las arias que se interpretan llegan tras un importante trabajo de remasterización y edición que se revelan como una oportunidad para los amantes de la ópera y para los neófitos de disfrutar de un puñado de interpretaciones sin parangón. Además del “Casta diva”, de una escena de ‘Anna Bolena’ y del popular “O mio babbino caro” de ‘Gianni Schicchi’, se incluyen “Vissi d’arte” de ‘Tosca’ y “Sempre libera” de ‘La Traviata’, entre otras perlas. Con un sonido nítido, sin el ruido de las grabaciones originales, el trabajo de edición sonora de John Warhurst sí que merece un Oscar: el ingeniero aisló la voz de Callas para mezclarla con nuevas pistas orquestales a cargo de la Budapest Scoring Orchestra, además de, en ocasiones, mezclar la voz de Angelina Jolie con la de la Callas para evitar diferencias entre los diálogos y las partes cantadas. Un trabajo de lujo para una película que en el Festival de Venecia fue recibida con ocho minutos de aplausos. 

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