Recital de artes marciales

Es un plato que solo degustarán con plena satisfacción los incondicionales del cine de artes marciales, pero que empacha al resto del auditorio, agotado por la sucesión ininterrumpida de combates aderezados con dosis de sangre y de mutilaciones.

javascript:cargarFckEditor('pTexto');

Un producto típicamente vinculado al universo de Quentin Tarantino, que interviene en la producción y que ha confesado en reiteradas ocasiones su admiración por el cine denominado wuxia, que se hizo famoso sobre todo en el Hong Kong colonial y que relata, con manifiesta ingenuidad y maniqueísmo, la aventura de héroes chinos maestros en las luchas cuerpo a cuerpo. Dirigida, interpretada y coescrita por RZA, un músico y cineasta afroamericano cuyo nombre real es Robert Diggs, que efectúa un debut nada vulgar en la realización, lo mejor sin duda de lo que ofrece es la coreografía de unas secuencias de acción que conectan con el cine musical.

Russell Crowe, que no se encuentra en su mejor forma física, nos regala algo de su indiscutible clase. La escasa aportación de la cinta se focaliza especialmente en la elaborada y cuidada ambientación, la China del XIX, y en el vestuario, elementos ornamentales que subrayan una estética cuidada y atractiva. Es el medio en el que se desenvuelven unos luchadores enfrentados entre sí por la codicia del oro y por imponer su autoridad en el escenario del Pueblo de la Selva, que contempla en breve tiempo cómo se dan cita en él los héroes del momento, es decir el forastero Jack Knife, el herrero local, que se convierte en el Hombre de los Puños de Hierro y los líderes de los clanes de los leones de Oro, Plata y Acero.

El relato se contempla desde la visión de Jack Knife, que siente especial predilección por el lujoso burdel de la ciudad, regido por Madame Blossom, y del Herrero, que van a demostrar con creces su pericia en las artes marciales.

Ver más Críticas de Cine

Consulta los últimos estrenos