Una madurez idónea con un equilibrio óptimo entre acidez y azúcar y una adecuada consistencia en piel y color. Son las cualidades que le confieren a las naranjas valencianas una distinción especial dentro del mercado nacional e internacional y que defiende la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cítricos Valencianos. «Las figuras de calidad van cada vez a más y entre los consumidores de cítricos se tiene la necesidad de distinguir los cítricos valencianos respecto a los del resto de regiones», valora el presidente de este organismo, José Enrique Sanz. 

¿Cuál es el motivo de esa singularidad que hace que la naranja valenciana sea tan apetitosa? «El clima», sostiene Sanz. «Los días suaves y las noches frescas, que no heladas, permiten que nuestras naranjas se cultiven con un clima óptimo para obtener esa madurez idónea y esa consistencia en piel y color que las distinguen», explica. 

La IGP Cítricos Valencianos inició su camino en 1999 «de cero, con muy pocos almacenes», pero desde entonces ha tenido una progresión que en los últimos tres años se ha acelerado de forma considerable. Durante buena parte de su historia contaron con entre 30 y 37 almacenes... hasta que hace dos años se colocaron en 47, el pasado en 55 y ahora en 61. «Además, tenemos constancia de que hay interés de nuevos almacenes para sumarse en los próximos meses», añade su presidente. Eso sí, no puede incorporarse cualquier almacén a la IGP: solo se aceptan aquellos que envasen naranjas de calidad primera alta o extra. Y no todas las naranjas de esos almacenes están denominadas con la calidad de Cítricos Valencianos. «El sello de calidad de nuestra IGP acompaña a las mejores marcas de cada operador», aclara Sanz.

Si el número de almacenes de la IGP ha crecido en los últimos tres años de manera notable, también lo ha hecho la cantidad de kilos: «En tres años hemos aumentado en un 70 %. Estamos en cantidades récord desde que empezamos», apunta Sanz, que, aún así, insiste en que las cifras recogidas por la IGP no son comparables con las recolectadas en toda la Comunitat Valenciana. 

Asimismo, el presidente de la IGP Cítricos Valencianos también destaca el hecho de que cada vez haya más cadenas comerciales que apuesten por las naranjas con sello IGP: «Hemos pasado de 2 a entre 14 y 15. En la Comunitat Valenciana estamos presentes en El Corte Inglés, Consum y Masymas».

«Dentro del contexto covid, marzo supuso una pega para los almacenes, que tuvieron que adaptarse a las circunstancias con las distancias de seguridad, los EPI, los turnos... aunque es verdad que ya de normal se trabajaba en ellos con mucha higiene», apunta Sanz respecto al impacto que tuvo el inicio de la pandemia en el organismo que preside. No obstante, asegura que la IGP ha salido fortalecida: «El esfuerzo fue recompensado. En los meses de verano hubo mucha más demanda, sobre todo en Europa, tanto en cantidades como en precio».

¿Y de cara al futuro próximo? «Para esta campaña ha habido algún problema, ya que no hemos tenido el calibre medio que queríamos por la falta de lluvias y también ha habido menos frío, pero ahora con la llegada del frío esperamos que aumente la demanda y el valor del producto. Tendremos la cantidad ideal para suministrar al mercado. Las perspectivas son muy positivas. Cada vez hay más demanda del producto local, de kilómetro cero, y de calidad», augura Sanz.

Más de 60 almacenes incorporados en dos décadas

El sello de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cítricos Valencianos nació en 1999 con escasos almacenes asociados, según revela su presidente, José Enrique Sanz. Sus primeras dos décadas de vida han servido para afianzar una marca que ahora ya cuenta con 61 almacenes, de los que 14 se han incorporado en los dos últimos años. Con esta progresión, que según Sanz, visto el interés mostrado por otros almacenes, proseguirá durante los próximos meses, la IGP trata de que cada vez más productores trabajen para aumentar la calidad de sus naranjas de cara a una mejor comercialización. Para formar parte de este sello se han de pasar rigurosos y estrictos controles con los que se trata de asegurar la calidad del producto. Tal y como insiste Sanz, el sello IGP acompaña a las mejores marcas de cada operador.