El huevo es un elemento mágico en la cocina. Su versatilidad permite preparar desde los platos más jugosos a los mejores dulces. En el misterio que encierran juntas o por separado la clara y la yema radica parte del éxito de la cocina mediterránea, ya sea como protagonista principal o como ingrediente complementario.

Desde un sencillo huevo frito, las posibilidades son infinitas, pero estos son tres platos con el huevo como elemento principal:

Huevos rellenos de atún con bechamel

A partir de unos huevos cocidos, podemos hacerlos rellenos con múltiples opciones. Un clásico es prepararlos con atún y bechamel.

Ingredientes

  • Huevos
  • Atún
  • Salsa de tomate o tomate frito

Para la bechamel:

  • Leche, mantequilla o aceite, harina, sal y especias al gusto

Huevos rellenos. Shutterstock

Preparación

Tras cocer los huevos y dejarlos enfriar, los partimos por la mitad longitudinalmente con un cuchillo afilado y separamos la yema de la clara. Trituramos las yemas con un tenedor y las mezclamos en un bol con el atún y el tomate (podemos añadir orégano o una pizca de pimienta negra molida si queremos). Colocamos las claras de los huevos en una fuente apta para horno mientras este se precalienta, y las rellenamos con la mezcla que acabamos de preparar. Vertemos por encima la bechamel. Quien lo prefiera, puede añadir queso rallado como último toque. Introducimos la fuente al horno a media altura, en torno a unos 10 minutos, aunque el tiempo puede variar en función del aparato que utilicemos. Cuando la bechamel se dore ligeramente, estarán listos.

Huevos rotos con jamón

En ocasiones, el acierto está en la sencillez. Los huevos rotos son un plato sin complicaciones que también ofrecen diferentes opciones: con jamón, chorizo, bacon, gulas… Esta vez los prepararemos con jamón.

Ingredientes

  • Huevos
  • Patatas
  • Aceite de oliva
  • Jamón
  • Sal

Preparación

Cortamos las patatas en rodajas, las lavamos y las secamos bien antes de freírlas en una sartén hasta que queden hechas. Las apartamos a un plato y colocamos sobre ellas el jamón, preferiblemente en lonchas finas. Por último, freímos los huevos y los colocamos por encima. Al añadir sal en cualquier momento a este plato, si lo vamos a hacer, hay que tener en cuenta el jamón puede llegar a contener la suficiente para nuestro gusto. Sólo queda servir y, antes de comerlos, completar la ceremonia que exige este plato: romper los huevos y revolver.

Flan de huevo

El postre de huevo por excelencia, que admite diferentes versiones, resulta siempre apetecible su modo más sencillo.

Ingredientes

  • 500 ml de leche entera
  • 3 huevos grandes
  • 100 gramos azúcar

Para el caramelo:

  • Azúcar
  • Agua

Un flan de huevo. Shutterstock

Preparamos el caramelo calentando un par de cucharas de agua con el azúcar en una cazuela hasta que adquiera el color tostado característico, pero sin que se queme, removiendo sólo cuando se formen burbujas. Dejamos que se temple y lo vertemos en el recipiente en el que vamos a preparar el flan. Calentamos la leche y la retiramos del fuego cuando comience a hervir para dejar que se temple. Batimos ligeramente los huevos y los mezclamos con el azúcar. Añadimos la leche (podemos colarla al hacerlo) e integramos de nuevo los ingredientes. Vertemos todo en la flanera y la colocamos en un recipiente apto para el horno con dos dedos de agua. Tras precalentar el horno, dejamos que el flan se haga durante unos 45 minutos. Es un tiempo orientativo, porque tiene que cuajar. Si introducimos un cuchillo u otro utensilio más fino y este sale limpio, es que están listos. Lo retiramos del horno, esperamos a que se temple y lo metemos en la nevera varias horas, aunque perfectamente se puede dejar de un día para otro.