Si hay una tapa para gobernarlas a todas esa, sin duda, son las patatas bravas. No hay bar ni tasca que se precie que no las tenga en su carta. Las bravas son, en realidad, una de las tapas más clásicas de la gastronomía española. Se trata del resultado mágico de la combinación de unos ingredientes infalibles: patatas, pimentón, aceite, sal y alioli. Y la magia surge sola: no hay nada como unas buenas bravas con una caña bien fría servida en un bar... hasta ahora.

La receta tradicional de una auténticas patatas bravas tiene diferentes pasos pero uno de los más importantes es lograr el punto exacto de cocción de la patata. Tienen que estar cocidas por dentro pero muy crujientes por fuera. Además, tienen que ser muy apetecibles y tener un bonito color dorado. Para ello, la verdadera patata brava se confitaba durante horas a fuego bajo para conseguir que la patata se cociera lentamente sin llegar a quemarse. Solo en el último momento se freía a fuego fuerte para conseguir ese color y textura característica. El resultado de ese método de cocción era una patata perfecta y muy sabrosa.

Hacer bravas en casa y que salgan bien

Lograr ese mismo resultado en casa es posible pero a qué precio. Se puede repetir la técnica de confitado en aceite u optar por una vía rápida que cada vez más se está popularizando también detrás de las barras de los bares y tascas. Las patatas pueden precocinarse antes de freírlas. Para ello, la mejor alternativa es utilizar el microondas o bien una vaporera.

Utiliza el micro para precocinar las patatas antes de darles un golpe de fritura

Utiliza el micro para hacer las patatas brava en un tiempo récord

La opción más sencilla y sana es utilizar el microondas. Para ello pela las patatas y corta dados con la forma y el tamaño que deseemos que tengan las patatas brava. Utiliza una olla compatible con microondas o cualquier recipiente con tapa y cocina durante unos minutos dentro del horno microondas el tiempo necesario para conseguir la cocción.

En función del tamaño de los trozos el tiempo oscilará entre los tres y los cinco minutos.

Mientras se cuece la patata en el horno, prepara una sartén con aceite caliente. Es muy importante que el aceite esté muy caliente para que las patatas se doren rápidamente.

Saca las patatas y si están húmedas sécalas con un poco de pape para evitar que salpiquen en la fritura. A continuación, condimenta con sal y fríe las patatas hasta que estén crujientes y doradas.

Una error muy común es añadir el pimentón antes de la fritura. Si esto sucede el resultado puede ser desastroso ya que el pimentón se quema rápidamente y pude amargar. Por eso es mejor añadirlo cuando las patatas estén fritas y ya fuera de la sartén. Elige el pimentón que más te guste, dulce o picante... o los dos. Añade un par de cucharadas y remueve lentamente sin romper las patatas hasta conseguir que todas se cubran de una fina capa de pimentón.

El último paso para conseguir las patatas bravas perfectas en casa es añadir por encima mayonesa o alioli al gusto.