Hay una secuencia de Fue la mano de Dios, la nueva película de Paolo Sorrentino, que es una maravillosa oda a Nápoles por el hiperrealismo y el surrealismo que transmite. Y todo es gracias a una señora mayor vestida de luto, que no deja de maldecir en toda la escena, pero que come burrata con las manos y habla con la boca llena, con las gotas del queso sobre la comisura de los labios.

Y es que la burrata, ese cremoso queso fresco y desparramado corazón de nata de color blanco lechoso, liso y brillante, es el queso de moda italiano para verano con múltiples beneficios.

La burrata, esa una esfera hueca y abierta, se parece a los quesos de pasta hilada y consiste en un relleno hecho de crema con tiras de queso mozzarella, muchas veces obtenidas de las sobras durante su producción. Su contenido de grasa saturada es elevado. Y su precio va desde los dos euros hasta los siete, ocho o nueve, cifras que a un italiano le puede sorprender.

Una imagen de la burrata.

Los beneficios de la burrata

La burrata es una elevada fuente de nutrientes ya que tiene una concentración proteica cercana al 20%. También es fuente de colesterol, potasio, calcio, vitamina A y D.

La burrata es fuente de aminoácidos esenciales, ya que al igual que otros quesos, la proteína caseína está concentrada. Su elevado aporte de sodio, siendo superior en burratas artesanales. Como también es rica en fósforo y calcio, necesarios para la buena salud de huesos y dientes