Casa Baldo, la esencia recuperada

Casa Baldo ha recuperado su esencia. La de toda la vida. La de siempre. La valenciana y costumbrista. La rústica y mística. La de la vaqueta y el clasicismo. La del culto a los que construyeron lo que somos hoy en día. La que nos define. La de la noción sacral de lo propio. Y, por consecuencia, más auténtico.

El mítico restaurante de la València de los años 50 reabrió sus puertas la semana pasada en la calle Ribera como el tercer local del Grupo Gastro Trinquet, como ya hiciera con el trinquet de Pelayo o vaqueta Gastro Mercat.

El edificio que empezó como una pequeña tienda de comestibles con la que Baldomero Estellés -de ahí su nombre- decidió seguir tras la jubilación de su antiguo dueño, el mismo que fue transformándose según las necesidades del momento hasta llegar, en 1958, a ser un reconocido café-terraza de la ciudad, vuelve por sus fueros: recuperar el local en el que pilotaris, intelectuales, personalidades de entonces y la gente del pueblo compartían calle, barra y buena mesa.

La idea es clara: una carta que está basada en la gastronomía valenciana, productos de proximidad y el toque de las brasas, sin olvidar los arroces tanto secos como melosos. Y, para terminar, un toque dulce con versiones actuales de postres valencianos. De hecho, se podrán encontrar platos como arròs del senyoret con gamba roja, lubina a la brasa con guiso vegetal, chuletón de vaca frisona de los Pirineos a la brasa con patatas y pimientos de Padrón, arroz de pato, boletus y foie, con su magret ahumado.

Al frente está Roberto Ramírez, quien en 2017 empezó a trabajar en Pelayo Gastro Trinquet, en 2019 entró como jefe de cocina en Vaqueta Gastro Mercat junto a Chimo Faubell y tras un año como jefe de cocina en Madrid, vuelve a València al frente de la cocina del nuevo Casa Baldo.

Precisamente, el actual número uno de la pilota valenciana, Puchol II, acudió el pasado sábado a Casa Baldo para celebrar su último trofeo: ser el campeón del nuevo formato del Mà a Mà d'Escala i Corda. "Tiene una decoración muy cuidada, centrada en el ambiente de los años 50, muy característica pero a la vez con un toque muy moderno", explica. "En el punto de mira tiene la pilota valenciana y muchas fotos y referencias a nuestro deporte. Esto es muy bueno porque lo ha potenciado un grupo puntero en València como Grupo Gastro Trinquet y la gente que pasa por este restaurante, como ocurre en el trinquet de Pelayo, puede enamorarse de la pilota valenciana", concluye.

La decoración del local ha sido realizada por David Sarasol, responsable del Museo de la Pilota del Genovés, quien ha aportado fotografías de figuras de la pilota, y en particular, ha ilustrado un comedor dedicado de forma monográfica a Paco Cabanes El Genovés.

El fill de Pelayo

Finalmente, Casa Baldo quiere recuperar la esencia de la época dorada de los cafés-terraza del centro de la ciudad de los años 50. Esa época de espectáculo, artistas, toreros y farándula les ha servido para dotar de carácter y nostalgia el nuevo punto de encuentro de la ciudad: "Es un clásico de la hostelería valenciana. Pilotaris, intelectuales, toreros, el mundo de la farándula y la gente del pueblo comparten mesa, calla y barra", es la bienvenida de Casa Baldo. Como Barrachina, la Cafetería Lauria, Casa Balanzá, el Café Metropol, el cine Capitol, el Hotel Europa, el cine Rex, el majestuoso cine Tyris... y ahora, Casa Baldo. La esencia recuperada. Volvamos a ella.

Suscríbete para seguir leyendo