Llegas al trabajo, sacas el táper, has preparado unos estupendos espaguetis a los que estás deseando hincar el diente, pero... ohh, desastre: esa pasta tan estupenda que ayer hiciste para poder comer hoy saludable y rico en el trabajo es más bien una pelota informe y almidonada de espaguetis que es imposible de deshacer.

Le echas aceite para intentar que se suelten y el plato mejore. Algo hace, pero no está, ni de lejos, como el que llevan otros compañeros o como el que metiste anoche en el táper. Nada que ver. ¿Qué pasa? ¿Por qué ocurre esto? ¿Hay que renunciar a llevarse pasta al trabajo o a prepararla con algo de antelación? En absoluto. Te contamos qué puedes hacer para que esto no te ocurra y eleves tus platos de pasta a otro nivel.

El truco de cocina para dejar la pasta como recién hecha

El truco para conseguir que la pasta quede suelta, ya sea al día siguiente de prepararla o apenas unos minutos después de cocerla (en ocasiones se apelmaza muy pronto), es muy sencillo. Has de preparar los macarrones, los fussili, los espaguetis o el plato de que se trate como siempre haces, sin nada especial.

Eso sí, antes de retirar la pasta de la cocción, debes utilizar una cuchara sopera de las que se utilizan para repartir para extraer algo del agua en la que has preparado la pasta. Hazlo antes porque lo habitual es que se vierta toda el agua de la cocción a la hora de escurrir la pasta, no que se saque el producto poco a poco del agua en ebullición.

Saca dos o tres cucharadas de ese agua de cocción y guárdalas en un recipiente que soporte las altas temperaturas (el agua está hirviendo). Si, además, es apto para microondas, te puede solucionar la papeleta más adelante si necesitas volver a calentar la pasta. Así, puedes emplear una taza, un vaso o, muchísimo mejor si vas a poner la pasta en un táper, un bote de cristal que taparás una vez que se enfríe el líquido.

El truco de cocina para que la pasta en táper te quede como recién hecha.

Si la pasta la vas a comer en unos minutos, en cuanto veas que se está apelmazando, haz de verter un par de cucharadas del agua de la cocción sobre la pasta y removerla. Verás que empieza a soltarse de nuevo. Añádele tanta agua como necesite, pero ojo, no te pases (es mejor que la agregues poco a poco) porque el plato te podría quedar aguado.

En caso de que prepares el plato de pasta para meterlo en un táper y hayas guardado el agua de la cocción en un bote de cristal, sólo tendrás que calentar el recipiente con tu comida y el bote (sin la tapa) en el microondas. Luego, procede de idéntica forma: añade poco a poco el agua de la cocción hasta que la pasta se suelte. Verás que queda como recién hecha y que el plato pasará a otro nivel, tanto de aspecto como en tu paladar.

Buen provecho.