A todos nos ha sobrado alguna vez un trozo de pizza que hemos aprovechado más tarde con gran tristeza, ya que es imposible que los restos de pizza queden crujientes y apetitosos como cuando está recién hecha.

La mejor opción es siempre utilizar el horno, pero el gasto energético es tan alto para un simple trozo de pizza que no sale a cuenta encenderlo, además suele dejarlo mucho más reseco y duro que cuando la pizza estaba recién hecha. Si hay que recalentar una pizza entera, o al menos varios pedazos, puede convertirse en una alternativa excelente, pero sólo si la cantidad compensa lo que supone enchufar el horno, probablemente uno de los electrodomésticos que más consumen en la cocina.

Así que lo habitual en estos casos es echar mano del microondas: es sencillo, rápido y mucho más barato que el horno convencional. Lo malo es que los resultados son muy diferentes porque el trozo de pizza suele estar desagradablemente blando y este plato italiano nada tiene que ver con una pizza humeante, crujiente y fragante que acaba de salir del horno.

El truco para calentar la pizza

Hay un truco viral que está reventando las redes sociales por lo fácil que es llevarlo a cabo y los excelentes rendimientos que ofrece, ya que el trozo de pizza no sólo se calienta, sino que vuelve a quedar crujiente y perfecto. Y ojo, porque es un truco de pizzería, confirmado por otras muchas pizzerías porque da resultado, así que presta atención.

Es muy sencillo: tan sólo hay que hacerse con una sartén amplia y antiadherente, así como con una tapa que ajuste bien y no permita la evaporación, sino que actúe a modo de pequeña vaporera. Lo mejor es emplear la típica tapa de cristal que tienen muchas sartenes.

Pizza: el truco para recalentarla y que quede perfecta.

Pon el trozo de pizza que tengas que recalentar en la sartén fría a fuego bajo-medio y, cuando coja temperatura (alcanzará entre 90 y 100 grados), antes de que empiece a tostar demasiado la masa, echa dos cubitos de hielo en la sartén (utiliza dos cubitos por cada porción que tengas que recalentar) o bien un pequeño chorro de agua sin que llegue a empapar la pizza.

Tapa la sartén y deja que los hielos se derritan y el agua empiece a evaporar. Déjala actuar el vapor entre 1 y 2 minutos y, a continuación, comprueba el estado de la pizza. Cuando veas que ya ha adquirido la textura deseada, sácala con una espátula. Estará perfecta y a punto para hincarle el diente.