«Contraexvotos Relatos de la vida en los márgenes» recopila obras amateur para demostrar que el arte también puede ser una terapia

«Me han pedido que escriba sobre el motivo que me trajo a prisión y he decidido hacerlo para que quien lea esto tome conciencia de lo fácil que puede ser». Este testimonio de Isidro está ahora en un cuaderno expuesto en el MuVIM, la última apuesta del museo por acercar a la sociedad a aquellos que viven apartados con la exposición «Contraexvotos.Relatos de vida en los márgenes». Son los presos y presas del Centro Penitenciario de Picassent, cuyas obras salen ahora del establecimiento y se encuentran en la Sala Alta del museo de la Diputación de València. El relato de Isidro continua: «Soy un tipo normal, con su trabajo, su familia, su hipoteca, sus aficiones y sus amigos. Nunca he tenido ningún problema con la ley, es más, siempre la he respetado, pero una noche mi vida entera cambió». El desenlace se podrá ver en el museo junto a decenas de obras pictóricas que ya cuelgan de las paredes de la pinacoteca.

La promotora de esta actividad es la artista Cari Roig, quien empezó a trabajar hace unos cuantos años en la prisión coordinando tareas creativas «con el fin de expresar sentimientos y viajar hacia el interior de cada uno, expresando y pintando sus caídas», señala. Roig es la comisaria de la exposición y afirma tajante que los presos se sienten valorados con esta exposición, donde han descubierto que «crear arte es caminar hacia su redención».

La exposición «Contraexvotos» reúne un conjunto heterogéneo de dibujos hechos con acuarela, lápices o rotuladores, normalmente acompañados de texto escrito donde los presos y presas expresan sus intimidades pero también sus quejas por vivir al margen de la sociedad. Hay algunos que cuentan su aciaga experienciaa con las drogas y otros lamentan la pérdida de su libertad.

El director del MuVIM, Rafael Company, «somos los únicos seres vivos de no reconocer a nuestros congéneres, es decir, de deshumanizar a los otros». En este sentido, el director del museo cree que los prisioneros son un colectivo «candidato a sufrir esa deshumanización». Por eso, esta exposición es un alegato contra esa intolerancia por la que se considera a algunas personas «infrahumanas», tal como se hizo «en la Alemania de «nacionalsocialista», sostiene.

Company cree que el MuVIM es el mejor espacio para acoger esta exposición. Mientras, la diputada provincial de Cultura, Glòria Tello, apuntó a que esta exposición es una innovación que contribuye a la «arteterapia», y ahora los prisioneros tienen la oportunidad de manidestar sus deseos y angustias en un espacio «dedicado al pensamiento y la razón».