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Els Estanys de Almenara: las semillas de agua

Una preciosa y sencilla ruta permite recorrer, en apenas 1,5 kilómetros, un lugar único -transición entre la tierra y el mar- que ofrece paz y desconexión.

Una de las inmensas vistasde los «aiguamolls».

Como cualquier «aiguamoll» que se precie, durante siglos en la Marjal de Almenara se sembró arroz. Hace tiempo que ya no, pero su legado continua siendo espectacular con tres lagunas de agua dulce que conforman uno de los mejores ejemplos de biodiversidad animal y vegetal.

La marjal de Almenara, entre el pueblo y la costa.

Si entre el cielo y el suelo hay algo, como cantaba Mecano, en la transición entre la tierra y el mar existe uno de los fenómenos más bellos que pueden disfrutar los limitados ojos humanos: los «aiguamolls» o humedales. Fieles todavía a la esencia de la tierra, inundados siempre o estacionalmente, registran y viven obedientes a los cambios estacionales en su abundante flora y fauna. Y soportan, como pueden, la intensa presión urbanística que, en muchos casos, les ha separado del mar.

En la localidad de Almenara, entre el casco urbano y la playa de Casablanca se encuentran las tres lagunas de Els Estanys, de obligada visita a los amantes de la cultura del agua y a los amantes de la vida en general. Con una ruta circular de 1,5 kilómetros sencilla y llana -perfecta incluso para uso familiar- Els Estanys ofrece al visitante una oportunidad única para adentrarse en los ruidos, olores y colores de un «aiguamoll» que ocupa 1.486 hectáreas. La senda comienza en el amplio aparcamiento situado junto al Centre d’Interpretació de la Línia XYZ, en la carretera que va del pueblo a la playa, donde también hay una amplia zona recreativa.

Seis son los puntos de interés que el ayuntamiento ha marcado en un panel informativo a la entrada: la Penya de l’estany, els estanys i l’ullal (Brollador), les moreres, l’antic motor, la flora y la fauna. Empezando por la ruta señalizada, enfrente del caminante surge imponente «l’’ullal», una gran obertura o superficie inundada por donde el agua procedente de la Serra d’Espadà surge a la superficie. En varias zonas alrededor del «ullal» o «brollador» se pueden ver las plataformas de madera que habitualmente usan los pescadores. Cabe destacar que en esta zona la pesca recreativa está permitida siempre y cuando se cumpla la normativa medioambiental de limitación de capturas, control de tallas mínimas y no se promueva la mortandad.

Una de las sendas para pasear. I. Olmos

A través de un camino sin pérdida con puentes de madera y espacios para descansar, el visitante se sumerge en un paisaje de agua ya que Els Estanys es uno de los humedales que permanece inundado prácticamente todo el año. A los pocos minutos de iniciar la ruta se puede disfrutar de uno de los dos miradores de aves que existen desde donde observar los sitios de anidación. Entre la fauna más común está el corb marí -un ave marina- y escabussadora, que puede llegar a los 90 centímetros de largo-; el arpellot o arpella, una ave de rapiña que hace los nidos en las cañas; el bernat pescaire , de grandes dimensiones y color grisy la conocida polla d’aigua, que habita en los marjales para hacer sus nidos en la vegetación cercana al agua. Con ellos comparten territorio las tortugas autóctonas y el petxinot de sang o lluenta, un molusco muy común en las zonas de arena.

En cuanto a la flora, el paseo por Els Estanys de Almenara deja un cuadro repleto de pinceladas a base de moreras y sauces, juncos, cañas o el baladre, plantas todas ellas que requieren de una gran cantidad de agua. También se pueden encontrar senill, fenoll, tamarit o la boga.

Pero no todo en la ruta de este parque natural es naturaleza. Bajo los pies del visitante o enfrente de él está la conocida Muntanyeta de l’Estany, una montaña de 29 metros de altura que en la antigüedad servía como punto de observación de la costa. Según varios estudios y los paneles del ayuntamiento de la localidad, «los restos arqueológicos hallados en ella corresponden a la época romana imperial, a edificios de carácter monumental, entre los que se encontraría un monumento alto imperial con forma de templo y función indeterminada ha sido identificado por algunos autores con un santuario dedicado a Venus, un mausoleo tardorromano y una iglesia paleocristiana». Aunque casi todo está destruido y es difícil confirmar toda la información lo que sí está confirmado es que los restos corresponden a una amplia y lujosa villa que fue propiedad de una de las más importantes familias de Saguntum, la Sergia. Pero los suyos no son los únicos restos localizados ya que durante los años 70 se realizó una excavación subacuática en el ‘Estany Gran’ en la que se han documentado numerosos materiales relacionados con otros yacimientos de cronología similar de la Comunitat Valenciana como la Cueva de la Cocina (Dos Aguas) y el Arenal de la Virgen (Villena).

Els Estanys, junto a la Marjal de la que forman parte, están incorporados en la Xarxa Europea d’Espais Protegits y catalogados como una Zona de Especial Protección y Lugar de Importancia Comunitaria. Esta pequeña albufera con tantas posibilidades es un lugar magnífico para desconectar y, además, tiene la playa de Casablanca a un tiro de piedra, por si a algún caminante le apetece bañarse después del paseo.

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