El Parc Natural de la Font Roja guarda una de las mejores manifestaciones de bosque mediterráneo de toda la Comunitat Valenciana. Allí se levanta el Santuario de la Font Roja, donde inciaremos la excursión, un camino que vale mucho la pena. Es en este punto ya donde dejamos los coches y afrontamos una ruta circular de 6,7 km y fácil, ya que se camina por pista forestal y sendero.
La excursión tiene su punto de inicio en la Glorieta dels Paellers, junto al mismo santuario. En esta glorieta, con mesas y paelleros, encontraremos las encinas más viejas del parque. Salimos de ella y hacemos un giro a la derecha con el camino, que pronto pasa junto a Cova Gelada de origen cárstico, que conserva una temperatura de 7°C. El camino sube entonces hasta que llega al Pla de la Mina donde encontramos una reproducción de un horno de cal y de una carbonera. En este lugar también hay un espléndido mirador,al que aconsejamos subir, para ver tanto la bella factura del bosque de la cara norte que estamos atravesando, como el valle que se yergue a sus pies, y la Sierra de Mariola, un poco más lejos.
Seguimos por el camino y llegamos al Pla deis Galers donde observamos como el carrascal forma una densa cubierta vegetal, con musgo y líquenes adheridos a la roca y a los troncos de los árboles, por los que también suben las hiedras y otras lianas del bosque mediterráneo. Estamos siguiendo el GR 7, Sendero de Gran Recorrido que viene desde Estambul y llega a Tarifa, pasando a Marruecos. Más adelante en nuestra completa ruta llegamos a la altura del Mirador de Pilatos, una nueva parada para disfrutar de otra perspectiva de las anteriores vistas. Continuamos andando y llegamos a Mas de Tetuán, un ejemplo de vieja explotación agrícola.
Aquí abandonamos el GR 7, que va hacia lbi. El camino que traemos hace un giro a izquierda, subiendo ligeramente, hasta que llegamos a cava Coloma, una de las antiguas construcciones empleadas para la conservación y el uso de la nieve. Seguimos por la pista forestal y damos vistas a la solana de la sierra, donde la vegetación se aclara notablemente. A derecha quedan otras tres cavas (Noguera, Simarro y Canyo), que podemos visitar si disponemos de tiempo. El camino hace una leve bajada y nos conduce junto a un depósito de agua para la extinción de incendios. En este punto el camino que traíamos se bifurca. Desechamos el de la izquierda, por el que luego bajaremos. El que gira a la derecha sube a un refugio que tenemos enfrente. Podemos tomarlo, pero es mejor subir por la senda que sale a su izquierda (entre los dos caminos) y que pronto nos deja en el citado refugio (1h,23’). Por detrás del refugio sale una senda que, atravesando un carrascal de montaña, con ejemplares achaparrados, nos deja en la cima del Menejador, espléndido otero desde el que se ven todas las montañas de alrededor: Aitana,Cabeco.Maigmó... E incluso el lejano Mugrón de Almansa, ya casi en La Mancha. También es visible el mar.
Volvemos desde la cima del Menejador al refugio y al depósito de agua (WP 4;1h,42’; 5,3 km). Ahora sí tomamos el camino que desechamos en la subida y que ahora tenemos a nuestra mano derecha. Siguiendo por él, a unos 150 metros nos encontraremos que sale una senda que debemos tomar. La senda se interna en el bosque, un bosque maravilloso, de duendes. Poco a poco, el sendero va bajando por el bosque. En un momento encontraremos restos de una vieja carbonera. Los troncos de los árboles, cubiertos de musgos y líquenes, tienen una bella pátina multicolor.
Finalmente, el sendero se acaba y termina en el Pla de la Mina. Desde allí seguimos por el camino de ida hasta el Pla deis Paellers y luego al santuario . Hemos disfrutado de una excursión única. Volveremos más veces, en otoño, en invierno, en primavera o en una tarde de verano. Porque la magia del bosque mediterráneo nos habrá atrapado para siempre.