El Molí de Quartell atesora más de 250 años de historia y es uno de los pocos de la geografía valenciana que conserva intacta su maquinaria. Por ello, visitarlo se convierte en una verdadera experiencia. Datado en 1741, el edificio se eleva en un enclave único con la ‘sequia major’ a sus espaldas que nutre el cubo desde donde se favorecerá el arranque de la mola y toda su potencia para molturar el trigo. Todavía hoy, algunos testimonios recuerdan haber experimentado la experiencia de llevar su cereal al Molí para obtener la harina, de ahí que en la memoria colectiva quede la denominación ‘Molí de Diego’ por ser el último molinero que arrancó esta maquinaria centenaria.

molí quartell una joya por descubrir POR CRISTINA MARQUÉS

El edificio cuenta con un espacio reservado para la entrada de carros, convertido ahora en patio. Tampoco le faltan el resto de las estancias tradicionales de los molinos del XVIII con sus establos, bodega, pozos o cisternas y zona de lavadero. El mecanismo del Molí Nou se diversifica en dos zonas: La reservada para la molturación del cereal y la del blanqueo del arroz. El sistema de limpieza y preparación de este último cuenta con un entramado de madera, poleas y mecanismos de cribado sumamente complejos que se conservan en perfecto estado de funcionamiento en esta joya patrimonial.

molí quartell una joya por descubrir POR CRISTINA MARQUÉS

La consecución de la harina exigía la activación de la muela forjada por la fuerza cinética del agua; el cereal contenido en la tolva se veía sometido a molturación en función del requerimiento del vecino. Pero lo mejor es que, cada una de las piezas esenciales del recorrido del agua y sobre las muelas, así como el mecanismo de transporte del grano y la harina, pueden observarse completamente en este Molí convertido hoy en día en museo etnológico.

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La solidez de contar con todo el mecanismo intacto aumenta aún más la proyección didáctica de este edificio de 1741. De hecho, allí mismo, los estudiantes de secundaria de asignaturas como de Tecnología pueden constatar el funcionamiento de diversos mecanismos que estudian a nivel teórico. Además, recorrer sus salas permite el reconocimiento de aperos, herramientas del campo, ajuares y demás elementos de las casas tradicionales valencianas.

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Contenedor cultural

Actualmente, este edificio alberga certámenes como Música a la fresca; Festival de Guitarra Joaquín Rodrigo, Cinema d’estiu además de múltiples muestras temporales que favorecen la difusión y descubrimiento de un espacio único.

Pero, además, el encanto del lugar se multiplica al permitir la posibilidad de caminar por la denominada ‘Ruta de l’Aigua’, que permite hacer un seguimiento de los usos tradicionales hasta llegar a la zona de marjal y al mar. De este modo, el Molí singulariza la memoria del agua en este enclave del Camp de Morvedre, la Vall de Segó, ya que son diversos los vestigios de molinos que se constatan en su recorrido, pero solo persiste el de Quartell.

Con la ‘sèquia major’ a sus espaldas, el Molí de Quartell conserva todas sus estancias y maquinaria tanto para molturar trigo como blanquear arroz. También incluye una muestra de aperos, herramientas del campo y ajuares tradicionales