A tan solo 10 kilómetros de la ciudad de València, l’Albufera alberga diferentes ecosistemas en un marisma único. A lo largo de sus 21.000 hectáreas podemos encontrar el mejor ejemplo de biodiversidad dentro de la Comunitat Valenciana. Cada año, más de 35.000 personas visitan l’Albufera de València y recorren cada uno de sus rincones, que poseen un gran valor ecológico. Declarada Parque Natural en 1986, su extensión se divide entre trece municipios de l’Horta y la Ribera: València, Albal, Alfafar, Beniparrell, Catarroja, Massanassa, Sedaví, Silla, Algemesí, Albalat de la Ribera, Cullera, Sollana y Sueca.

El Port de Silla todavía conserva cerca deuna decena de barcas de vela latina. | M.H.S.

El Port del Saler, el Port de Sollana, el Palmar, el mirador de la Gola del Pujol, la Devesa, el Estany del Pujol o el Racó de l’Olla son algunos de los principales reclamos turísticos que posee l’Albufera y que visitan cada años miles de personas. Sin embargo, el parque natural cuenta con otros muchos de gran belleza que todavía son grandes desconocidos para el público general.

Paseo en barca por la lagunade l’Albufera. | M.H.S.

En este sentido, la Mancomunitat de l’Horta Sud ha impulsado una nueva ruta turística con la que espera fomentar el conocimiento del patrimonio de la comarca, tanto a visitantes como a los propios vecinos. «Pretendemos que nos descubran desde fuera, pero también descubrirnos a nosotros mismos fomentando el sentimiento de pertenencia a un proyecto común como es l’Horta Sud», explicó la presidenta de la Mancomunitat de l’Horta Sud, Eva Sanz, durante el acto de presentación de la nueva ruta.

Los secretos de l’Albufera en l’Horta Sud

Bajo el título «Els secrets de l’Horta Sud en l’Albufera», esta ruta trata de descubrir a los visitantes los espacios más desconocidos de l’Albufera de València. La Fundación Assut ha sido la encargada de desarrollar, durante los últimos cinco meses, este proyecto que cuenta con una subvención de València Turisme. «Tratamos de acercar la gente al territorio y potenciar el turismo sostenible en l’Albufera», explica el técnico de proyectos de Assut, Nacho Moncho.

La Fundació Assut trabaja, desde hace diez años, por la sostenibilidad de los sistemas litorales mediterráneos, como l’Albufera y l’Horta de València. «Nuestra actividad está muy centrada en estas dos zonas. Una forma de proteger estos territorios es darlos a conocer, porque hay una tendencia a cuidar lo que amamos y, para hacerlo, necesitamos conocerlo primero», destaca Moncho.

Los visitantes pueden descubrir el Port del Tremolar o el Port de Silla en una visita de cuatro horas que incluye un paseo en barca hasta el Motor de la Vega

La ruta diseñada por la Fundación Assut trata de descubrir la parte norte y oeste de l’Albufera, propia de los municipios de l’Horta Sud. «Nos gusta llevar a la gente a sitios menos conocidos y a los que es más difícil llegar», añade el técnico de proyectos de Assut.

El trayecto, con una duración de cuatro horas, empieza en uno de los puntos más emblemáticos de l’Albufera: el Port del Tremolar. Actualmente es el gran desconocido del parque natural, pero fue uno de los puertos más importantes de la ciudad hasta mediados del siglo XX y el más cercano a la ciudad de València. Perteneciente al término municipal de Alfafar, se trata de un puerto muy tranquilo que, durante gran parte del siglo XIX y principios del siglo XX, estuvo lleno de vida gracias al gran número de trabajadores y barcas que llenaban el canal entre mayo y septiembre, durante la época del cultivo del arroz.

Actualmente, todavía se pueden ver dos de las tres trilladoras que se ubicaban en el puerto: la de Pasiego, que mantiene la maquinaria en muy buen estado; y la de Caguetes, que se encuentra en ruinas y apenas conserva la chimenea.

En este punto, uno de los símbolos más destacados de este puerto es la figura del «ravatxol», una barca correo que hacía viajes por l’Albufera para transportar mercancías, trabajadores e información.

En este tipo de puertos era muy habitual encontrar una pequeña tienda en la que la gente compraba diferentes cosas y negociaba el sueldo. Pepita Lladró, de 73 años, era la tendera en el Port del Tremolar: «El Tremolar ha sido siempre un barrio muy tranquilo. Sin embargo, cuando llegaba la siega del arroz, el canal se llenaba de barcas con trabajadores y había un gran ambiente. Los niños queríamos que lloviera para alargar la temporada de siega».

En bici, por el camino viejo de Russafa

Tras visitar el Port del Tremolar, la ruta prosigue en bicicleta por el camino viejo de Russafa -que forma parte del Camino de Santiago- hasta llegar al Port de Silla, uno de los más pequeños y antiguos de la Marjal. El elemento más característico de este puerto es la actividad relacionada con la vela latina, la forma tradicional de transporte en l’Albufera. Aquí, podemos disfrutar de una presentación y posterior demostración de vela latina, uno de los elementos patrimoniales más destacados de la cultura valenciana y Bien de Interés Cultural. En la actualidad, esta modalidad se limita únicamente a exhibiciones de interés cultural a cargo de la Associació Vela Llatina de Silla, que posee diez barcas de vela censadas.

En este punto, los visitantes realizan un paseo en barca por la laguna de l’Albufera hasta llegar al Motor de la Vega, que riega los campos de arroz de l’Albufera. Visitar uno de los 74 motores de riego que hay en l’Albufera, de la mano de uno de sus motoristas como es Vicent «el Guerro», es una oportunidad única para descubrir sus entresijos. Además, en unas semanas solo se podrá visitar en barca, ya que se inundará el camino que lo conecta con el municipio de Silla.

«Els secrets de l’Horta Sud en l’Albufera» ofrece la oportunidad de conocer l’Albufera desde otro prisma, a través de un viaje por su cara más desconocida y con los relatos subalternos que ofrece la memoria viva de su gente.