Las torres vigías son, en la actualidad, piezas claves en el imaginario simbólico que conforma el patrimonio histórico y cultural de un lugar. Sin embargo, hablar en términos modernos de su iconicidad implica olvidar su practicidad en el pasado. Buen ejemplo de ello es l’Horta Sud, comarca valenciana que cuenta con todo un repertorio de torres vigías. Este es el caso de la Torre de Silla, la Torre Espioca en Picassent y la Torre de Torrent, que junto a la Torre Mussa de Benifaió (Ribera Alta) se consolidan como cuatro iconos de la época andalusí, cuatro torres para nada comparables con personalidades y particularidades propias. Ahora la Mancomunitat de l’Horta Sud invita a sus habitantes a descubrir la motivación detrás de su construcción, así como la evolución de su uso práctico a lo largo de la historia.

Visitantes en la Torre de Torrent. | M.H.S

La ruta propuesta por la Mancomunitat de l’Horta Sud da inicio fuera de las fronteras de la misma comarca, más concretamente en el municipio de Benifaió, en la comarca de la Ribera Alta. Benifaió esconde en sus afueras la Torre Mussa, una torre de la época almohade. Sin embargo, la imprecisión rodea al monumento. Si bien su nombre bereber haría referencia al Moro Mussa, no existe documentación que confirme su relación con este personaje histórico. De hecho, tampoco existe evidencia de que se haya asentado en un poblado morisco. De esta manera, la justificación de su origen se haya en la existencia en sus alrededores de una fuente de agua, ahora en desuso, y una vía pecuaria, un punto que pudo haber motivado la construcción de este elemento defensivo.

Espacio musealizado de la Torre de Silla. | M.H.S.

Por otra parte, es muy posible que esta torre de perfil muy patado, y poco frecuente, contara con otras funciones más allá del control y vigilancia, como por ejemplo un espacio en su interior dedicado para la alimentación de palomas mensajeras. Mientras, en la actualidad, el Ayuntamiento de Benifaió ha recuperado este símbolo patrimonial para la celebración de eventos culturales. De hecho el pasado verano se realizaron toda una serie de conciertos. No obstante, si bien la Torre Mussa cuenta con varias reformas tanto en su interior como en el alto de la misma, a día de hoy, no es posible visitar su interior, aunque sus alrededores cuentan con toda una serie de paneles informativos que permiten conocer su historia.

Torre Mussa de Benifaió. | M.H.S.

Mientras, la Torre de Silla representa, sin duda, el ejemplo de torre con personalidad propia tanto por su naturaleza arquitectónica como por sus usos a lo largo de la historia. Este edificio de una antigüedad entre 800 y 1000 años, cuenta con una primera planta construida con piedras recuperadas de asentamientos romanos. En cuanto a su utilidad, la Torre de Silla ha servido a lo largo de su historia como prisión, almacén municipal y, tal como está condicionada, como un espacio habitable más allá de ser una torre utilitaria como vigía, a pesar de ser un lugar incómodo pero sí relativamente grande y espacioso. Su utilización como edificio de residencia relata la inestabilidad enorme de esta época en un territorio de frontera.

Por otra parte, como consecuencia de la pérdida de unos tres metros de perspectiva, sus visitantes del siglo XXI pueden avistar los tejados de sus domicilios, pero en los siglos XIII y XIV, la almena de la Torre de Silla era el punto más alto, probablemente, de todo el término municipal.

Además, el Ayuntamiento de Silla ha habilitado debajo de la torre un espacio musealizado en su apuesta por la protección del patrimonio histórico. Así pues, en el que fue el antiguo salón de plenos del consistorio ahora se encuentran al aire unos asentamientos romanos del siglo I A.C.

Torre Mussa MHS

Más espaciosa y mejor distribuida es, sin duda, la Torre de Torrent, con un perímetro de dos metros mayor que la Torre de Silla. La ubicación en la actualidad del mercadillo municipal en torno a la torre no es casualidad pues, desde el siglo XVIII, está documentado este emplazamiento. La Torre de Torrent escenifica el papel de l’Horta como hinterland de la ciudad de València. Su puerta original con señales de fuego evidencia las consecuencias de acontecimientos bélicos como la Guerra de las Germanías, una territorio clave de los sucesos en torno a València. Sin embargo, la evidencia histórica prueba que tanto la Torre de Torrent como las de Silla, Picassent o Benifaió habrían formado parte de una estructura de alerta más que de defensa, inviables de resistir a las grandes guerras que requieren de las enormes murallas de València. Así pues, estos edificios vigía se relacionan directamente con los bandidos locales, momentos de rebelión, o como depósitos fiscales y ayuntamientos.

En cuanto a sus reconstrucciones en los últimos tiempos, estas han sido cuestionables. Su restauración en los años 70 con cemento alteró gran parte de la cimentación original, de piedras y cal. Ahora, la reforma realizada en los 2000 empieza a necesitar una nueva intervención.

Asimismo, cabe mencionar que el proyecto original de la iniciativa de la Mancomunitat de l’Horta Sud incluye la Torre Espioca, situada en el municipio de Picassent. Esta torre defensiva andalusí no puede ser visitada por el momento como consecuencia de problemas administrativos, aunque se desea que su visita esté disponible lo antes posible para reincorporarla a la ruta.