La Asociación Internacional de Bicicleta de Montaña (IMBA en inglés) sostiene que en la Comunitat Valenciana existen once rutas idóneas para recorrer con este vehículo. Pese a que esos trayectos difieren en su exigencia y longitud, todos ellos comparten dos rasgos, pues se encuentran en plena naturaleza y encierran algunos de los parajes más hermosos de la región: pueblos recónditos alzados en cumbres montañosas, bosques vírgenes guarecidos del impacto humano, caudalosos ríos de agua límpida…

Con todo, once es una cantidad demasiado elevada para una lista de destinos recreativos, de modo que se ha resuelto consultar a Jorge Martínez Pallarés, técnico de IMBA y director técnico de NUCS, una entidad turística acreditada con diferentes distintivos medioambientales. Gracias a Martínez, se ha logrado abreviar el número de rutas a cuatro, las más recomendables para este periodo:

1. Onda-Sitjar y Onda-Pedrissetes (29 km; dificultad baja)

Esta opción comprende dos itinerarios que ligan el pueblo castellonense de Onda con el embalse de Sitjar. Ambos comienzan en mitad de Onda Natura y continúan en paralelo por la Cañada Real hasta Fanzara. Después de atravesar la zona deportiva, las rutas siguen caminos secundarios que agonizan en la plaza Siglo XXI, una de cuyas entradas es un nexo con el Camino Viejo de Alcora. Para alcanzar la Cota 220 y poder recobrarse mientras se contempla el paisaje circundante, primero se debe soportar un leve repecho tras el que el sendero se bifurca en dos alternativas: Sitjar —por carretera— y Pedrissetes —por la Sierra de las Pedrizas, a través de las vías pecuarias (caminos de trashumancia) del Tossal d’En Farons y Corral Roig—. La primera opción es ideal para los atletas empedernidos, pues el embalse permite la práctica de diferentes deportes náuticos; si se elige el segundo itinerario, se podrá gozar de centenarias construcciones de piedra que salpican el camino.

2. Ruta de l’Alt Maestrat (84 km; dificultad media)

El de l’Alt Maestrat es un circuito balizado y circular de 84 km que entrelaza los municipios de Catí, Culla, Benassal y Ares del Maestrat mediante caminos que reunen valles, barrancos, llanuras y montañas. Y cuyo diseñador es el Club Ciclista de l’Alt Maestrat. Martínez Pallarés, técnico de IMBA, ensalza el “gran valor ecológico” de esta vía. “Da cobijo a una extensa variedad de fauna y flora; destacan los bosques de robles y carrascas”, ilustra. El itinerario también discurre por los cascos históricos de diversas poblaciones dueñas de edificios medievales de los siglos XIII, XIX y XV. Como el recorrido transcurre entre pueblos, es posible pernoctar y completarlo en varias etapas. Esta ruta está homologada por la IMBA.

Pueblo de Ribesalbes. J. MARTÍNEZ

3. Gran Travesía Mancomunidad Espadán-Mijares (150 km; dificultad alta)

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Sito en el suroeste de la provincia de Castellón, este sendero balizado de 150 km integra parte del Parque Natural de la Sierra de Espadán y del río Mijares, de cuyos nombres recibe su denominación. De nuevo, en esta travesía hay diseminados castillos, fortalezas, iglesias, etc., cuya visita supone unos momentos de solaz para los ciclistas. Las tierras que alberga este circuito son harto abigarradas: hay zonas de rojizos rodenos, otras de caliza cenicienta, de suelo arcilloso pardo… La vegetación también es heterogénea: pinares, bosques de ribera, encinares y alcornocales pueblan el sendero desde Espadán hasta Mijares. Esta ruta circular mancomuna 15 pueblos, y contiene caminos empedrados, pistas forestales, sendas, vías pecuniarias y algún tramo de carretera. Por su significativo desnivel de 5 km y sus 150 km de extensión, esta ruta está reservada para los ciclistas más duchos; ahora bien, cualquiera puede finalizarla si la divide en etapas reducidas.

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4. Ribesalbes Bike Trails o RBTT (50 km; dificultad variable)

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RBTT es un conjunto de ocho rutas balizadas que serpentean por el municipio castellonense de Ribesalbes (Plana Baja) y acopian más de 50 km. Las vías se labraron rescatando los antiguos caminos del municipio, adaptando los existentes e incluyendo el paso por los puntos con mayor peso paisajístico, como los senderos que contornean el ríu Millars. Las ocho rutas descollan por su masa forestal, como consecuencia de que 640 de las 666 hectáreas del municipio estén repletas de bosques de pino y encina.

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