Quién no ha oído hablar de Segóbriga, Tarraco, Saguntum o Edeta. Son algunas de las ciudades romanas más importantes de la vertiente mediterránea de la Hispania Romana. Fueron grandes núcleos de población desde los que Roma irradió su cultura, sus costumbres y su influencia a todo el territorio. Hoy en día se han convertido en polos de atracción turística gracias a la recuperación de sus restos y la puesta en valor de los monumentos que aún perduran. Sin embargo, el eco de otra de las grandes urbes de la Hispania Romana se ha perdido hasta hace relativamente poco. Aunque figura en las crónicas de la época como una ciudad clave en la romanización del territorio a caballo entre la costa y la meseta, no fue hasta la década de los cincuenta cuando comenzaron los trabajos de investigación y excavación de Valeria, la gran desconocida y olvidada y que, sin embargo, ha comenzado a atraer a miles de valencianos para conocerla.

Conexión entre Edeta y Segóbriga

Fue una de las mayores ciudades romanas cuyo territorio lindaba con el edetano hacia el Mediterráneo y con Segóbriga hacia el interior. De hecho, los arqueólogos e historiadores creen que su área de influencia fue una de las mayores de el territorio respecto a otras urbes. Su fundación se remonta al siglo I antes de Cristo y Roma decidió crearla para apaciguar y mitigar los conflictos con las poblaciones íberas y celtíberas que habitaban la región. La ciudad vivió su gran esplendor durante el época del imperio. Las dimensiones de la ciudad, prácticamente excavada apenas en un 7%, resultan impresionantes.

Los arqueólogos que han trabajado en Valeria estiman que la superficie total que pudo ocupar la ciudad podría llegar a las 26 hectáreas. Roma construyó hasta tres acueductos para alimentar de agua potable la ciudad y a sus ciudadanos. Por el momento, se han encontrado los restos de la basílica, un imponente foro romano porticado, el decumano lleno de comercios, la basílica, una enorme cisterna para depurar agua por decantación y la que, según los expertos es una de las joyas de Valeria y que bien podría ser una prueba inequívoca de su importancia: el mayor ninfeo encontrado hasta ahora en la península. Con casi 100 metros lineales de fachada, esta construcción servía como fuente pública para los ciudadanos y es uno de los mayores de todo el imperio romano. El ninfeo de Valeria formaba parte de una enorme estructura de tres plantas que constaba de hasta 14 fuentes que se abastecían de una corriente de agua constante procedente de las cisternas de la ciudad.

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Descubre la ciudad perdida de Valeria

Una ciudad de grandes dimensiones

Las dimensiones de esta estructura y del resto de edificios públicos hallados, como la basílica, la curia o la zona reservada a las tabernae (los lugares donde se vendía comida para llevar y consumirla posteriormente en las casas romanas) dan buena cuenta del tamaño de Valeria. Los romanos no se privaron de nada. Sus conocimientos en hidráulica e ingeniería hicieron de Valeria una de la ciudades más singulares de la península. Situada en la parte alta del paso natural que une la costa con el interior de la península, la ciudad guardaba la vía romana que llevaba a Segóbriga y a César Augusta (la actual Zaragoza) y tuvo que amoldarse a una singular orografía.

Resto de los sillares labrados en la roca para ganar espacio a una vivienda construida sobre la Hoz del río Gritos I.Roy

Precursora de las casas colgadas de Cuenca

Una de sus principales singularidades radica precisamente en estar situada justo al lado de las hoces del río Gritos. Los ingenieros romanos y las construcciones de Valeria tuvieron que aprender a aprovechar la pendiente y la verticalidad de los salientes de roca sobre un estrecho valle. La solución que dieron los romanos resultó innovadora y consiste en labrar sobre la roca maciza bases sobre las que apoyar vigas de madera que permitan crear voladizos y conseguir más superficie pisable sobre la vertical de roca. De hecho, es la misma solución arquitectónica puesta en práctica más de mil años después en la ciudad de Cuenca con sus casas colgadas.

Cómo llegar a Valeria

El yacimiento es totalmente accesible por carretera y está a apenas 90 kilómetros del límite de la provincia de Valencia. Desde la A-3, hay que salir hacia Minglanilla y tomar la carretera CM211 hasta Almodóvar del Pinar. Desde allí, hay que seguir las indicaciones hacia Solera de Gabaldón por la CUV7123. La carretera llega directamente hasta Valeria.