Andalucía cumple todas las expectativas que uno quiere para pasar un verano lleno de experiencias: relajación, desconexión, diversión… Las posibilidades son tantas y tan buenas que solo hay una cosa que puede hacerlas mejor: la comida. La gastronomía andaluza es el mejor complemento a unas vacaciones de ensueño y provoca una explosión en el paladar cada vez que llega el hambre. Estos son los 6 secretos de la gastronomía de Andalucía que tienes que saber para disfrutar todavía más de los sabores que acompañen a una bebida bien fría en tu próxima visita.
1. ¿Cuál es el origen de la gastronomía de Andalucía?
Antes de profundizar en cualquier otro aspecto de la gastronomía de Andalucía, es importante saber de dónde ha salido esa combinación que tanto gusta. Es decir, de dónde ha nacido la cocina andaluza.
Los sabores que acompañan a esta región son el resultado de una mezcla muy interesante, en la que la cocina árabe se une con la tradicional cultura mediterránea del olivo y la vid junto con los productos y condimentos que vienen de América.
Se trata de un recetario que mezcla tiempos antiguos y modernos, plagado de restos arqueológicos que habitaron las tierras andaluzas, como los salazones de pescado de los fenicios; el aceite de oliva y la variedad, de verduras de romanos y árabes; las especies y frutos secos, también del pasado Al Andalus; la adafina judía, hoy conocida como puchero; o los productos llegados del continente americano.
2. La mayor producción de aceite de oliva del mundo
El aceite de oliva, el oro líquido tan preciado en todo el mundo, tiene una casa por excelencia: Andalucía. Este rincón es el primer productor de aceite del mundo y Jaén, a la cabeza, la provincia olivarera por excelencia. Por eso no es casualidad que se conozca a la región como “la Capital Mundial del Aceite de Oliva”.
Es enorme el placer de saborear el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) de Andalucía en una tostada mañanera, en una ensalada bien rica o sobre una buena variedad de verduras, así como también lo es degustarlo como un ingrediente más del gazpacho andaluz, el salmorejo cordobés o la porra antequerana, entre otros.
Durante tu viaje, si quieres profundizar en este campo, podrás visitar un olivar y participar en una jornada de recolección de la aceituna. Sin duda, no hay una mejor forma de ver cómo son los primeros pasos del ingrediente estrella de la dieta mediterránea.
3. La comida andaluza y el arte mundial del tapeo
A ver, seamos claros, si tienes la maleta preparada para irte de viaje a Andalucía, ya estás pensando en irte de tapas. Además, es casi seguro que ya lo estés medio visualizando: la sombra de una terraza, el calorcito del mejor sol, la brisa marinera y ese tapeo que acompaña a tu cerveza bien fría. Una ensaladilla, huevos a la flamenca, un solomillo al Pedro Ximenez, cazón en adobo, unas papas aliñás, un salmorejo cordobés…
En cualquier bar de la comunidad autónoma vas a poder disfrutar del arte de las tapas, que ya ha seducido al mundo entero. Pero, ojo, porque no todo pasa en los gastrobares.
Si lo prefieres, también puedes optar por un Mercado Gourmet, como es el Mercado Victoria de Córdoba o la Lonja del Barranco en Sevilla, entre otros, para vivir una tarde de tapeo. En estos mercados, el producto también es excelente y la mayoría de puestos tienen buenos precios porque aquí quienes te sirven el producto son los mismos productores.
Además de exprimir los mejores sabores en tu paladar, en estos puestos podrás conversar con expertos en la gastronomía local y, también, comprar la materia prima para llevártela y ser tú mismo quien invite a sus amigos a unas tapas en casa.
4. El atún de almadraba: momento “foodie”
Uno de los “Momentos foodie” imprescindible que hay en Andalucía tiene que ver con el atún de almadraba. Se trata de una actividad solo válida para ese viajero que, además de degustar la mejor comida, busca ir al fondo de la cuestión para conocer de dónde viene la materia prima del destino que está visitando.
La costa de Cádiz acoge cada año uno de los mejores “Momentos foodie” de esta tierra. Cada temporada, los litorales de localidades como Barbate o Zahara de los Atunes ven cómo atunes gigantes van acercándose a sus costas.
Allí, la almadraba, un arte de pesca tradicional milenaria que todavía sigue vivo, desde que lo comenzaran los fenicios y lo continuaran los romanos, supone un espectáculo para los locales, que ven en este momento un motivo perfecto para celebrar fiestas gastronómicas a lo largo de todos los pueblos costeros de Cádiz.
Además de ser un espectáculo ver cómo se lleva a cabo esta técnica pesquera, que consiste en crear laberintos con redes sujetadas entre varios barcos, la almadraba es sostenible y mucho más eficaz que la pesca con cebo. Y el atún, después del ronqueo, una técnica manual realizada por expertos en el despiece, está más bueno que nada.
5. Andalucía cuenta con 27 Denominaciones de Origen
La comunidad andaluza cuenta con 27 Denominaciones de Origen entre las que se encuentran las más antiguas de España, las de Málaga y Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. En la lista, entre otros, hay vinos, aceites, jamones y frutas.
En la región también existen siete Denominaciones Específicas (equivalentes a las Indicaciones Geográficas Protegidas) y 13 Vinos de la Tierra.
Y con el más rico de los sellos, Andalucía acoge también buenísimos quesos, entre los que están los serranos de la Serranía de Ronda, de la subbética cordobesa, de los montes de Málaga y Almería o de la sierra de Grazalema en Cádiz; así como magníficas recetas de repostería, una de las aportaciones gastronómicas más importantes de la Comunidad y que se caracteriza por la ya mencionada influencia árabe y judía.
6. Cómo formar parte del origen de la cocina andaluza
Cuando eres tú quien recoge los ingredientes, la cocina andaluza puede saber todavía mejor. Porque sí, porque si te la sirven en un plato ya está delicioso, pero si encima has sido tú mismo quien, con tus propias manos, lo has recolectado y lo has acompañado hasta que se prueba… La cosa cambia.
En Andalucía puedes aprender cómo se trabaja en el campo, hacer tu propio queso artesanal, recolectar miel, ir a las mejores almazaras, pasear por las dehesas donde nace y crece el cerdo ibérico o asistir a mercados agrícolas locales.
El agroturismo, en esta región, ofrece experiencias de inmersión total en el entorno rural para que los visitantes que lo deseen participen en los procesos productivos agroganaderos. Son actividades comprometidas con la sostenibilidad ambiental, que además permiten un contacto directo con la forma de vida, la cultura, el folklore, la gastronomía y las tradiciones que aún se conservan en estos territorios.
