Que hayan nombrado a Valderrobres como uno de los pueblos bonitos de España no es casualidad. Esta localidad ubicada en la comarca aragonesa de la Matarraña se encuentra a unos 50 kilómetros de Morella y es un lugar perfecto para escaparse unos días. Precisamente este puente de diciembre es una fecha perfecta para disfrutar del paisaje de esta comarca en un precioso hotelito o casa rural con chimenea.

Su riquísimo patrimonio arquitectónico salpica sus estrechas calles medievales y acompaña al visitante durante el paseo por el municipio.

La Matarraña, una idea perfecta para el puente de diciembre Marina Falcó

Las tradicionales casas de piedra de tres alturas dominan el casco antiguo del pueblo. En estas construcciones la división de estancias estaba clara: la planta baja era donde se resguardaba el ganado, que a su vez proporcionaba calor a la primera planta donde vivían las familias. En la última se almacenaba el grano para que estuviese ventilado. Casi todas ellas presentan elaborados voladizos de madera y unos peculiares agujeros en los flancos de las puertas de entrada empleados para atar a los caballos o burros

 En este recorrido también llamará la atención del turista el tono azul que cubre algunas de las fachadas de las viviendas antiguas del pueblo. Ese característico color azulado se debe al azulete con el que los vecinos estaban obligados a pintar sus fachadas a principios del siglo XX, ya que esta sustancia tiene propiedades desinfectantes y los gobiernos locales exigían a sus conciudadanos que lo emplearan en sus casas bajo pena de multa para evitar la propagación de enfermedades.  

Santa María la Mayor, el castillo y el puente de piedra

La bienvenida al casco urbano corre a cargo del precioso puente de piedra que cruza sobre el río Matarraña. Esta preciosa obra medieval está ligada al levantamiento de las murallas que protegían el centro neurálgico de la localidad y que se estima que fueron construidas alrededor del año 1390.

Se trata de un puente medieval, que consta de cuatro ojos, y con tajamares en forma de cuña ideados para protegerlo de fuertes riadas y evitar la acumulación de troncos.

La plaza principal de la localidad congrega la vida social y algunos de los edificios más emblemáticos como el ayuntamiento o la Fonda La Plaza donde además de alojarse se puede degustar la gastronomía típica de la zona

Atravesarlo para adentrarse al casco antiguo de Valderrobres da una visión al turista de la majestuosidad de las calles y las construcciones que salpican el trazado urbano del municipio.

Este puente conduce al visitante hasta la plaza principal, punto de encuentro de la localidad, y lo hace a través del portal de San Roque, una de las principales puertas del recinto amurallado. Este santo cuenta con gran devoción entre los vecinos y vecinas puesto que es el patrón de la población y abogado contra las epidemias. 

En la plaza podemos apreciar varios edificios de especial interés como es el caso de la Fonda La Plaza, un pintoresco edificio del siglo XIV que continúa prestando alojamiento y que cuenta con un interesante restaurante con vistas al río y al puente de piedra.

También llama la atención el edificio que alberga el ayuntamiento, ejemplo de palacio renacentista aragonés. En la planta baja, hay una pequeña lonja con arcos de medio punto, en cuyo interior se encuentra un habitáculo que hizo las funciones de calabozo. Además se conserva la estancia en la que se ubicaba la antigua cárcel, de la que se conservan las gruesas puertas y las rejas.

La iglesia de Santa María la Mayor y el castillo dominan desde lo alto del municipio el valle en el que se asienta Valderrobres. Las vistas son inmejorables

Valderrobles, el corazón de la Matarraña M. Falcó

En la zona alta del municipio, desde la que se domina el valle en el que se enclava la población, se hallan la iglesia de Santa María la Mayor y el castillo que conforman una unidad indisoluble. 

La iglesia de estilo gótico, cuya construcción comienza a principios del siglo XIV pero que tuvo que esperar a terminarse en los años treinta del siglo XV, presume de tener un espectacular rosetón de unos tres metros de diámetro decorado con una tracería gótica que permanece original.

Junto al templo se encuentra el majestuoso castillo de Valderrobres cuya construcción data del siglo XIV y es una de las principales fortalezas de época gótica que existen en la comunidad de Aragón. El castillo está abierto al público y bien merece una visita para conocer sus recovecos y gozar de unas maravillosas vistas del valle.