El edificio, además de pertenecer al Patrimonio de la Humanidad desde 1996, está considerado como el más brillante ejemplo del gótico civil europeo. El conjunto, al margen del jardín del patio interior, se divide en tres cuerpos bien diferenciados, pero en armonía: La torre, en cuya parte baja estaba la capilla y, en la superior, la cárcel de mercaderes y comerciantes desleales; el Pabellón del Consulado, que albergó el Consolat de Mar como primer tribunal de justicia mercantil y marítima de Europa, y la Sala de Contratación (o Salón Columnario), en la que los comerciantes efectuaban sus acuerdos.

En pleno corazón de Valencia se encuentra la Lonja de la Seda o de los Mercaderes (1482-1585), que refleja la pujanza y la riqueza del siglo XV valenciano y da señas de la importancia que tenía la ciudad en la Baja Edad Media

Por sus proporciones, su magnífica portada y su variada iconografía, es lo más admirable del edificio. Pero la sala también ha tenido otros usos, pues en 1707 fue un cuartel y en el s. XIX un improvisado hospital de la peste. Merecen especial atención las 28 gárgolas o los medallones de héroes de la antigüedad.