El reformado Mercado de Colón, un agradable lugar de terrazas, es el punto de partida de la ruta que discurre por el ensanche modernista de Valencia y finaliza en las inmediaciones del Ayuntamiento. Los árboles y las terrazas de la gran vía Marqués del Turia, con una arquitectura elegante y creativa, hacen más amena la travesía.

El paseo conduce hasta el segundo ensanche: Russafa (página 106), que fue poblado por alquerías musulmanas y hoy es uno de los barrios con más vida. Para ver la plaza de toros de Valencia (una de las más grandes de España) hay que desviarse hacia el centro. El coso, de corte neoclásico, fue construido de ladrillo pardo, salvo en sus blancas balaustradas, entre 1850 y 1860.

El reformado Mercado de Colón, las terrazas de la gran vía o la Plaza de Toros son algunos de los lugares por los que combinar cultura y «shopping».

A su izquierda está la Estación del Norte, punto de referencia monumental y representativo de la ciudad, y uno de los mejores edificios de su arquitectura civil. Fue proyectada por el valenciano Demetrio Ribes en 1906, e inaugurada en 1917. La calle Xàtiva se cruza con la iglesia de San Agustín, lo único que queda del que fue convento de Agustinos.

Para ir a la plaza del Ayuntamiento hay que ir por la calle San Vicente Mártir y girar por la calle de la Sangre. A ella se asoman el Ateneo Mercantil (merce la pena comer en su restaurante con vistas a la plaza), el Teatro Rialto, Correos, Telefónica y, por supuesto, el Ayuntamiento. La calle de las Barcas, donde está el Teatro Principal, conduce hacia la zona por excelencia de compras: Don Juan de Austria y alrededores. Una ruta para combinar cultura y «shopping».