Ayer Alberto Chicote se enfrentaba a un nuevo reto en 'Pesadilla en la cocina", el resultado fue un éxito, récord de audiencia en prime time, pero no sabemos qué será del restaurante 'El Castro de Lugo', el reto más difícil al que se ha tenido que enfrentar hasta ahora el cocinero Chicote.
El restaurante 'El castro de Lugo' era el elegido de esta semana, pero lo que allí encontró no fue en absoluto de su agrado: comida pudriéndose, una cocinera que no sabe cocinar y se encomienda a san Pancracio y suciedad por todas partes fueron los principales ingredientes de la noche.
Chicote revisa la cocina a fondo para comprobar cómo se conservan los alimentos y qué hay que corregir, pero no da crédito a lo que ve. Si por él fuera "lo quemaba todo", porque "Es un centro de exterminación de personas".
El chef no recuerda la última vez que vomitó de asco. Está impresionado por la suciedad del local y está tan cabreado que le dice las cosas claras a Óscar, el dueño del restaurante: "Como vengan los inspectores de Sanidad no te lo cierran, te lo queman".
Chicote sigue mirando la cocina y se encuentra comida pudriéndose, abierta, tiesa… "No sé si voy a echar la pota otra vez", comenta el cocinero. No aguanta más y decide cerrar el local. No sin antes enseñarles a los clientes la freidora a rebosar de grasa. "¿A alguien le apetece comerse algo de aquí?". El negocio echa el cierre "ya veremos cuando lo abrimos. Y dame las gracias", le comenta Chicote al propietario.
El resultado final
El nuevo 'El Castro de Lugo' ha llevado mucho trabajo. El más duro para 'Pesadilla en la cocina'. La pintura, las mesas y las flores que Cristina se quiere llevar a la iglesia, son parte del renovado local. Además, Chicote les enseña la carta nueva. Unos platos que cómo los cocine así, su novio y camarero se casará con ella. No sólo eso, el chef también les da uniformes a todos.
Fuente: laSexta
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