Ver proyectados sobre la tela blanca de la enorme pantalla del cubo grande del Kursaal del premio Pritzker Rafael Moneo en San Sebastián los dos primeros capítulos de la serie de televisión La peste, que llegará a los cristales negros de los televisores de plasma en los hogares en enero de 2018 a través de una plataforma de televisión de pago, es lo mismo que tener la oportunidad de ver en todo su esplendor la última obra de Alberto Rodríguez, uno de los mejores directores del cine español actual. También, la enésima demostración de que cine y ficción televisiva están llamados a converger.

Los dos capítulos exhibidos -de un total de seis de 60 minutos- son una obra audiovisual potentísima de un cineasta mayúsculo. La peste, protagonizada por Paco León, Pablo Molinero, Cecilia Gómez, Patricia Gómez-Arnaiz y Manolo Solo, arranca contando cómo la enfermedad contagiosa empieza a propagarse por Sevilla en el siglo XVI, una ciudad que aspira a ser capital del Reino de España por su privilegiada situación para el comercio con el Nuevo Continente.

Alberto Rodríguez, director de 7 vírgenes (2005) y La isla mínima (2014), recordó en la rueda de prensa sus orígenes como realizador de televisión. «Reivindico el cine hecho para verse en pantalla grande, espero que no desaparezca, pero también tenemos la memoria muy corta, porque el cine empezó haciendo muchas series». «La peste «forma parte de la importante inversión en series de la plataforma Movistar+ , un total de 80 millones de euros repartidos en ocho proyectos.

Vergüenza, dirigida por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, es la otra serie de televisión que Movistar+ presentó en el festival. Su protagonista es Jesús Gutiérrez, un fotógrafo de bodas que reivindica su condición de artista y cada vez que habla mete la pata. El elenco principal lo forman Javier Gutiérrez, Malena Alterio, Miguel Rellán, Lola Casamayor y Vito Sanz. El festival proyectó en una misma sesión sus diez capítulos de 25 minutos.

Si La peste bebe de la tradición española de la intriga y la picaresca, Vergüenza es humor intelectual en la senda de Valle-Inclán, Buñuel, Berlanga y Almodóvar. La serie es atractiva de partida porque une a un autor de perfil conservador, Álvaro Fernández Armero, director de El columpio (1993) y Las ovejas no pierden el tren (2014), con otro que es un completo insensato, Juan Cavestany, director de piezas tan incendiarias como Gente en sitios (2013) y Esa sensación (2016).

Armero se centra en la puesta en escena y Cavestany en el discurso. Como ocurre con el cine de este último, Vergüenza nos hace comprender que gran parte de las cosas más cotidianas contienen un lado perturbador e inasible que, por miedo, tratamos de encerrarlo en nuestras jaulas de «lo normal» en vez de recibirlo libre como realmente es.

Además de estas dos series, un enorme y provocador cartel de Netflix en el margen derecho de la ría de la ciudad anunciaba la película de televisión Fe de etarras (Borja Cobeaga), con Javier Cámara, Julián López y Miren Ibarguren. También fue presentada en el festival. Las películas de los nuevos agentes emergentes (Netflix, Amazon) son como pizzas con extra de marketing. Sin ir más lejos, de Amazon se proyectó La gran enfermedad del amor (Michael Showalter), avalada por el premio del Público del festival de Locarno. Se trata de un lacrimógeno telefilme sobre un cómico monologuista paquistaní en Chicago que se enamora de una americana desoyendo el deseo de su familia.

También el tema de estos nuevos agentes del sector fue objeto de preguntas en la rueda de prensa de El secreto de Marrowbone, ópera prima de Sergio G. Sánchez, guionista de Lo imposible (2012) y Palmeras en la nieve (2015). La polémica se produce porque las cadenas de televisión de pago no tienen las mismas obligaciones por ley de invertir en cine nacional que las que emiten en abierto. Dos de sus productores, el director Juan Antonio Bayona y el consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, pidieron que estos poderosos agentes contribuyan en las mismas condiciones que el resto al mantenimiento del sector.

Regador regado

El autor (Manuel Martín Cuenca) venía a San Sebastián de ganar el premio de la crítica en el festival de Toronto. Martín Cuenca es el primer director español en lograrlo. La película está basada en la primera novela de Javier Cercas. «Adaptar una novela es respetar su esencia, quedarnos con su almendra. Justamente no hay que respetar la letra de una novela si quieres respetar su espíritu», dijo el director. Javier Gutiérrez es su protagonista. «Nunca he disfrutado tanto en el proceso creativo como aquí», afirmó. Alrededor de él, los secundarios aportan luz a una historia que juega a lo del regador regado. Incluso uno, interpretado por Antonio de la Torre, para emular a Hemingway hace poner a Gutiérrez las pelotas encima de la mesa, literalmente.

La mexicana Adriana Paz está excelente y la música de José Luis Perales, principal elemento irónico que sirve para cohesionar todo el filme. Llegará a los cines el 17 de noviembre.