En este ambiente fallero llegó el capítulo de «Un país para escucharlo» dedicado a València, «jugosa y exhuberante, luminosa y seductora», en las palabras susurradas de Ariel Rot. El programa musical ha pasado ya por Sevilla y Cádiz, Madrid, Asturias, Barcelona y Granada en ruta por la geografía española. Como en una road movie, el argentino conversa, pasea y toca con músicos del lugar escogido para descubrir cómo suena España.

Con estética cinematográfica, gran dirección de fotografía y ritmo melodioso, el espacio se luce en las localizaciones. En el episodio valenciano, no podían faltar l'Albufera y la Ciudad de las Ciencias, paraíso de fotos de boda e instagramers. A orillas del lago, Carlos Goñi recibe a Ariel Rot para interpretar «Dentro de ti» en la barraca de siempre cerca de El Palmar, la misma en la que hace años Imanol Arias y Juan Echanove prepararon all i pebre en el primer programa de «Un país para comérselo», al que alude en el nombre esta versión musical.

El vocalista de Revólver ejerce de guía del guitarrista por la ciudad. Bajo los arcos de Calatrava, la chilena Soledad Vélez canta «Flecha», con La Habitación Roja ambos tocan «Ayer» y con Los Zigarros, «Apaga la radio». Suena el himno de València mientras nos adentramos en los recargados salones del Palacio del Marqués de Dos Aguas y, bruscamente, del Maestro Serrano saltamos al «¡Hu-ha!» de Chimo Bayo, que recuerda qué significó la Ruta del Bakalao y nos presenta a su hija Tanya, también reputada DJ. Con los nuevos ritmos latinos del trap y la cumbia de Albany y Mueveloreina llegamos al Convento de El Carmen. En el claustro, Rot y Goñi charlan con José Manuel Casañ de Seguridad Social, que canta y se deja ver por dentro. Saliendo del centro histórico, la joven banda La Plata ocupa La Fábrica de Hielo y en esas calles del Cabanyal, Rot desafía al «músico exquisito» Luis Prado (Señor Mostaza) a tocar el «Vivir así es morir de amor» de Camilo Sesto en ragtime. El niño que empezó con el viejo piano de su madre y no quería ser futbolista, sino teclista de Miguel Ríos, ha cumplido su sueño.

Además de notas, destellan en «Un país para escucharlo» toques de entrevista a artistas que siempre tienen historias que contar. El único pero, la selección musical que dejó fuera a grupos que cantan en valenciano y podría haber destacado la tradición popular de las sociedades musicales, reconocidas como Bien de Interés Cultural Inmaterial. Para degustar a la carta en la web de RTVE.