La serie más vista en HBO España en agosto ha sido la decepcionante tercera temporada de «El cuento de la criada», atascada en un hueco devenir movido por la fijación de dos mujeres por recuperar a sus hijas sin profundizar en Gilead y la red de resistencia de las 'marthas'.

Serena (Yvonne Strahovski) dejó salir a la bebé, aunque no entendió que June (Elisabeth Moss) se la entregara a Emily (Alexis Bledel) y su aparente renuncia a la niña se torna obsesión por volver a verla. Consigue un fugaz y plañidero encuentro que resucita a la Serena capaz de todo por tener un hijo: se reconcilia con su comandante para forzar una ofensiva diplomática para que Canadá les devuelva a Nicole/Holly que, según ellos, ha sido secuestrada. En este punto se inician unas inverosímiles y desquiciantes negociaciones que casi consiguen que dejara de ver la serie. Tras unos capítulos dando vueltas sobre lo mismo, esta trama se deja por imposible y Serena pasa al plan B: entregar a su marido a cambio de ver a ratos a esa niña que no es suya.

La otra madre obsesionada por recuperar a su hija es, por supuesto, June, esta con razones. Sus intentos de acercarse al colegio de Hannah acaban con una 'martha' en la soga y con los MacKenzie en paradero desconocido. June se desespera y mira a la cámara con odio y locura hasta que encuentra un objetivo: salvar a un montón de niños, con un plan increíble que pasa por matar o dejar morir a los que se interponen en su camino. También ella es ahora implacable. Tiene razón Fred (Joseph Fiennes) cuando dice a Luke (O.T. Fagbenle) que aquella mujer que le arrebataron no es la misma. La evolución del personaje es entendible, pero no tanto el desaprovechar lo que le rodea, esa sociedad opresora que tiene en Washington su expresión más extrema, con criadas con bozales y bocas grapadas, como se atisba en el capítulo que se desarrolla en la capital donde Serena y June se escupen las verdades a la cara bajo las rodillas del monumento a Lincoln sin cabeza.

Rogamos que la cuarta temporada no siga por los derroteros del 'No sin mi hija' y se adentre en la distopía que planteó Margaret Atwood, que por fin publica la continuación. Quince años después de la desaparición de Offred hablan la tía Lydia, una mujer criada en Gilead sin recuerdos de la vida anterior y una adolescente canadiense con un pasado por entender - ¿será Nicole/Holly?-. Nada más se sabe del argumento de «Los Testamentos», pero seguro que en unos días conoceremos más de ese infierno que nos escamotea la serie.