Un nuevo personaje con poderes extraordinarios por casualidad puebla la galaxia de la ficción de Netflix. Se llama «Titán», es español y, como en aquella serie de mi infancia, «El gran héroe americano» de rubios rizos, tiene que aprender a usar sus habilidades. De momento, solo puede volar, tiene mucha fuerza y se regenera como el inspector Márquez (Javier Gutiérrez) de «Estoy vivo».

«Indiscutiblemente» es una comedia, sin mensaje, aunque trata temas sociales de fondo, según su director, Nacho Vigalondo, que no quería hacer una sitcom como «Friends». Los protagonistas de «El Vecino» no viven en Manhattan, sino en un barrio humilde de una gran ciudad, como pudiera ser el madrileño Tetuán donde se han estado movilizando contra las casas de apuestas, asunto del que se habla y mucho en la historia escrita por Miguel Esteban y Raúl Navarro, con el que se enfrentará sin capa el flamante ministro de Consumo, Alberto Garzón.

«El vecino» es una adaptación del cómic homónimo de Santiago García y Pepo Pérez, publicado entre 2004 y 2009, que buscaba plasmar la cotidianeidad costumbrista de un superhéroe con nula vocación sin mostrar sus hazañas, más bien centrándose en cómo afecta en lo personal llevar esa carga. En el papel, el afortunado con los poderes traspasados por un alienígena (Jorge Sanz en la serie) es periodista, como su novia, un clásico; en la pantalla, Javi (Quim Gutiérrez), un caradura que miente más que habla, trabaja -cuando le apetece- de camarero en el bar de la esquina y diseña camisetas que nadie compra. Ella, Lola (Clara Lago), sí mantiene la noble profesión de contar lo que en el mundo acontece, en los tiempos que corren en una revista online hambrienta de seguidores en las redes sociales y, como Lois Lane, se encarga de la cobertura del hombre volador, que le concede entrevistas exclusivas.

En esta primera temporada han dado más protagonismo a la relación amorosa, aprovechando el tirón de los intérpretes más conocidos, que a la amistad entre Javi y su vecino José Ramón (Adrián Pino), un opositor con el que comparte su secreto.

Con sus momentos escatológicos y 'Perruedines'- sin más explicaciones por si la tienen en lista de espera-, «El Vecino» gusta si le pillas la gracia, sobre lo que hay diversidad de opiniones entre los espectadores. Si sirve de referencia, no llega ni al seis sobre diez en esas fichas con puntuaciones en la web. De las que permiten hacer otras cosas mientras la ves.