No es broma: la serie española del año va a ser «El último show», una producción de Aragón Televisión que resucita la figura de Marianico el Corto dotándole de una gran profundidad psicológica y un lado oscuro. No es broma: más allá del estereotipo al que nos tenía acostumbrado, Marianico resucita en el siglo XXI reconvertido en un personaje de «True detective», una mezcla del Joker de Todd Phillips y el Batman de Nolan, un individuo sombrío que se sabe al final de su carrera y se plantea entregar a su público su ¿primera? obra maestra. Quizá ustedes creen que esta columna es irónica o que en la última línea se desvelará que todo era un inmenso chiste: no lo es.

Demostró valentía James Mangold cuando rodó una película adulta con Lobezno -«Logan»- en donde el protagonista, más que un mutante o un superhéroe, es un ser humano que al que sólo le queda enfrentarse a la vejez y la enfermedad en un mundo que ya no es suyo. El nuevo James Bond que se estrenó en «Casino Royale» -sensible, atormentado, de género, sino líquido, al menos no muy sólido- le valió a Daniel Craig amenazas de muerte y boicots organizados por fans de 007. Todo esto es agüita comparado con el salto al vacío que se ha atrevido a dar Aragón Televisión. Ya se habían ensayado en nuestro país series dramáticas sobre cómicos que se miran a sí mismos con una cierta amargura -Jorge Sanz, «Qué fue de Jorge Sanz»; Berto Romero, «Mira lo que has hecho»; Ignatius Farray, «El fin de la comedia»-. Sólo los frikis recordarán estas series después del tsunami que va a suponer el reboot de Marianico el Corto.

No es broma: Miguel Ángel Tirado, a los 70 años, ha decidido matar a Marianico el Corto y convertirse en el nuevo Luis Buñuel. Álex Rodrigo, el director, conoce las claves del género, y no sería de extrañar que la segunda temporada la produjera Netflix. Están buscando un sustituto de Daniel Craig como James Bond, ahora que termina su contrato. No es broma: yo ahí lo dejo.