Vicente Ruiz, "El Soro", recordó el viernes por la noche en Telecinco su trascendente relación con Paquirri, un torero que fue su "hermano" en la vida y un "fiel compañero" en los ruedos. El histórico torero valenciano acudió al programa de Jorge Javier Vázquez, reconocido antitaurino que está ganando dinero a costa de una dinastía tan torera como los Rivera Ordóñez, para "romper su silencio" y revelar sus vivencias con el maestro de Barbate hasta el día de su muerte en la plaza cordobesa de Pozoblanco ese fatídico 26 de septiembre de 1984 que el maestro valenciano no puede arrancar de su memoria. 

La historia de Paquirri pesa tanto en el imaginario de "El Soro" que no pudo evitar las lágrimas al recordar al que fuera, tal y como él mismo reconoció, "su maestro". Vicente confesó que se mantuvo callado durante tres décadas por respeto a la familia Rivera, a quien adora, pero reconoció que sabía que "el desenlace de la herencia iba a salir en cualquier momento" porque convivió con él en su finca de Cantora. "Paquirri era una extraterrestre", ha confesado El Soro alguna vez a sus más íntimos. "Con las cornadas frescas, se ponía botas de plomo para fortalecer sus muslos y reaparecer cuanto antes", ha comentado sobre el maestro de Barbate.

En cuanto al día de Pozoblanco, Vicente toreaba con Paquirri y junto a El Yiyo -torero que perdió la vida un año después en Colmenar Viejo- y confesó tan rotundamente que "el día de Pozoblanco no le veía bien y luego me enteré que llevaba dos días o tres sin hablarse con Isabel Pantoja". En ese sentido, el maestro de Foios dejó claro que el día de su trágica muerte "estaban enfadados" y además confesó que Paquirri le dijo que tenía que finalizar su matrimonio con la cantante: "Él estaba muy cansado de la familia de Isabel Pantoja, un día puedes invitar a gente a Cantora, pero todos... Estaba harto de pagarles todo. No me contó que se quería separar, pero en ciertos momentos lo vi muy preocupado. No me pedía consejos, pero las exclamaciones de él 'esto no va bien, tengo que terminar' después de un accidente de coche no las olvido".

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De esta manera, el torero valenciano ha desvelado la verdad de algo que siempre se había rumoreado pero que hasta día de hoy no se había contado públicamente por alguien tan cercano a Paquirri. El Soro también ha dado a entender que Isabel no trataba bien a Cayetano y Fran Rivera cuando iban a Cantora: "Si yo me caso con una mujer y tiene una niña y no quiero a la niña, no quiero a la mujer. Los niños eran pequeños, mientras estaban pequeños, sí los quería, porque eran dos amores de niño. Lo que a mí me chocó es que una noche que estaba durmiendo en Cantora, eran las 3 de la mañana aparecieron los niños, Cayetano y Fran, llamando a la habitación en la que estaba yo durmiendo. Cayetano decía que tenía miedo, junté las dos camas y se metieron a dormir conmigo. Al día siguiente, a las seis de la mañana que se levantaba el maestro, le conté lo que pasó".

Entre una jauría de individuos fatuos y muchas veces malhablados que se dedican a despellejar a cualquier semejante que haya tenido la desgracia de ser considerado noticia, la memoria de Paquirri emerge como una persona cabal que dejó un legado sinigual: ser figura del toreo a costa de todas las adversidades. Dentro del plató miraron hacia atrás con ironía y desprecio, pero El Soro fue capaz de homenajear a su "hermano" Paquirri con la grandeza de su trayectoria y con el honor que solo aporta la amistad.